Islamabad (AFP). El nuevo primer ministro paquistaní , Nawaz Sharif, reclamó este miércoles el cese de los disparos de drones (aviones teledirigidos) estadounidenses, en su primer discurso ante la Asamblea Nacional, que acaba de elegirlo por tercera vez a la cabeza del gobierno.
Mas de 13 años después de haber sido depuesto por un golpe militar que lo llevó al exilio, Sharif, de 63 años, vencedor de las elecciones generales del 11 de mayo, fue elegido, como se esperaba, primer ministro de Pakistán en una votación en la Asamblea Nacional, antes de prestar juramento ante el presidente del país, Asif Ali Zardari.
Sharif es el primer hombre de la historia del país en ocupar el cargo de primer ministro por tercera vez.
Su partido, la Liga Musulmana (PML-N), ganó por amplio margen las elecciones generales del pasado 11 de mayo. Sharif ya fue primer ministro de 1990 a 1993 y de 1997 a 1999, fecha en la que fue derrocado por un golpe de Estado militar del general Pervez Musharraf.
Este miércoles ante la Asamblea Nacional pidió el fin de los disparos de los ‘drones’ estadounidenses, que apuntan regularmente contra los talibanes y sus aliados de al-Qaeda en Pakistán.
“Respetamos la soberanía de los demás, ellos también deberían respetar la nuestra y nuestra independencia. Esta campaña debe acabar”, declaró Sharif aludiendo a esas acciones.
La campaña estadounidense de disparos de drones contra las zonas tribales del noroeste del país donde se refugian rebeldes islamistas desde el final de 2001 comenzó en 2004 y desde 2008 se ha intensificado.
Desde agosto de 2008, casi 300 bombardeos de drones mataron a más de 2.000 personas, en su inmensa mayoría combatientes islamistas, según las autoridades paquistaníes. Aunque Washington asegura que los disparos son de gran precisión, el caso es que también causan víctimas civiles, lo que fomenta una fuerte animadversión hacia Estados Unidos.
El viernes pasado, Nawaz Sharif condenó con firmeza el último disparo desde un avión teleguiado, que dos día antes mató al número dos del Movimiento de los talibanes de Pakistán (TTP), Wali ur-Rehman.
Tras este ataque, el TTP declaró que retiraba su propuesta de negociaciones de paz con el gobierno, negociaciones a las que Sharif se había mostrado dispuesto.
El TTP, principal grupo armado islamista del país, prometió vengar la muerte de Rehman, cuya responsabilidad atribuyó también al gobierno paquistaní .
Este grupo, que combate de forma incesante al gobierno de Pakistán desde 2007 denunciando su alineamiento con la política de Estados Unidos, es el principal responsable de una ola de atentados, suicidas en su mayoría, que causaron 6.000 muertos en todo el país en los últimos seis años.
Pakistán es desde hace más de 10 años un aliado esencial de Estados Unidos en la “guerra contra el terrorismo” que se lleva a cabo en la región, que incluye también al vecino Afganistán.
Sin embargo, las relaciones entre los dos países son difíciles, ya que Washington acusa a menudo a Pakistán de llevar a cabo un doble juego con los rebeldes talibanes afganos. Por su lado, Islamabad critica la brutalidad, el unilateralismo y la ineficacia de la estrategia de Estados Unidos.