San Salvador (AFP). El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, anunció hoy que en los próximos días se creará una unidad “especializada” conformada por 500 policías y 500 soldados para combatir las incesantes extorsiones que cometen las pandillas.
“Esta es una nueva unidad autorizada por el presidente, esta semana que viene voy a firmar el decreto ejecutivo que va a crear el Grupo Especial Antiextorsiones (GEA) y que va a estar constituido por mil efectivos: 500 policías y 500 militares”, aseguró el presidente Funes en su programa sabatino de radio que transmite la Radio Nacional.
Según explicó, ya se ha comenzado la selección tanto de los policías como de los soldados que conformarán esta unidad especializada, que coordinará su trabajo con la Fiscalía General de la República (FGR).
“Estamos dando respuestas a las demandas que nos plantea la sociedad”, indicó Funes, que recordó que la extorsión es un problema que “se ha convertido en uno de los principales delitos”, que afecta en especial a sectores de la capa media y baja de la población.
Las dos principales pandillas de El Salvador, la Mara Salvatrucha (MS-13) y el Barrio 18, pactaron desde marzo de 2012 una tregua que ha empujado una baja del promedio de homicidios, que pasó de 14 a cinco diarios. A esa tregua se sumaron posteriormente otras pandillas minoritarias.
Pese a la tregua, las extorsiones cometidas por las pandillas no han cesado y, según reportes de la prensa local, en algunos lugares del país incluso se han incrementado.
Cifras precisas de cuántas extorsiones ocurren a diario no existen oficialmente.
En barrios y colonias en todo el territorio, micro, pequeños y medianos comercios, empresarios de autobuses de transporte público y hasta personas comunes y corrientes son obligados al pago de extorsiones por las pandillas, que amenazan con asesinar a quien se niegue a cumplir sus exigencias.
Además, las pandillas conminan a los extorsionados, bajo amenaza de muerte, a no denunciar el delito ante las autoridades.
En las cárceles de El Salvador están recluidos un poco más de 10.000 pandilleros, mientras que en barrios y calles permanecen libres unos 50.000, según datos oficiales.