Chinese hostesses during the opening session of the Chinese Communist Party's five-yearly Congress at the Great Hall of the People in Beijing on November 9, 2012. The heirs of Mao Zedong are meeting to anoint China's next leaders, as the Communist Party maintains an iron grip on the economic powerhouse despite mounting calls for change in the Internet era. AFP PHOTO/Mark RALSTON (MARK RALSTON)
Pekín. AFP. El presidente Hu Jintao llamó ayer a convertir a China en “una potencia marítima”, en un marco de tensiones con Japón, al abrir el 18.º congreso del Partido Comunista Chino (PCC), que marca el inicio de su eclipse al frente de la segunda economía mundial.
Hu, de 69 años, quien debe ceder su puesto de secretario general del PCC a Xi Jinping, de 59 años –y en marzo próximo transmitirle también la presidencia del país– abogó además por más democracia y advirtió de que la corrupción endémica que sufre la sociedad china podría resultar “fatal”.
En un discurso ante los más de 2.000 delegados del PCC, reunidos en Pekín en el solemne recinto del Palacio del Pueblo junto a la plaza Tiananmen, Hu resaltó la importancia de convertir a China en una “potencia marítima”, en momentos cuando su país y Japón se disputan la soberanía de un archipiélago en el mar de China oriental que los chinos llaman Diaoyu y los japoneses Senkaku.
Pekín, que lanzó su primer portaviones en setiembre, debe “mejorar su capacidad para la explotación de los recursos marinos, defender resueltamente sus derechos e intereses marítimos y convertir a China en una potencia marítima”, expresó Hu durante un discurso de hora y media.
Alarma entre vecinos. Estos comentarios hicieron saltar las alarmas entre los vecinos de China, especialmente de Japón, quienes observan con recelo cómo Pekín despliega su poderío naval en un contexto marcado por varias disputas por islas que podrían resultar ricas en recursos naturales y pesqueros.
Japón instó de inmediato a Pekín a utilizar su poderío de forma pacífica.
“No es sorprendente escuchar a líderes (de China) hablar sobre sus intenciones de empeñarse en actividades marítimas. Pero esas actividades deben llevarse a cabo de forma pacífica, basadas en la ley internacional”, declaró una portavoz de la Cancillería japonesa.
Tras referirse a “problemas entrelazados” que pueden afectar a su supervivencia, Hu dijo que China debe construir “una fuerte defensa nacional y unas poderosas Fuerzas Armadas” que correspondan a su “rango internacional”.
También manifestó que Pekín debe avanzar en su preparación militar en general y en la pericia tecnológica de las Fuerzas Armadas en particular, para poder, llegado el caso, “ganar una guerra local en la era de la información”.
Peligro por corrupción. La corrupción también ocupó un lugar destacado en el discurso de Hu Jintao, quien advirtió de que “puede provocar el derrumbamiento del Partido y del Estado”.
“Si fracasamos en el tratamiento correcto de este asunto”, ello podrá resultar “fatal”, recalcó el mandatario de esa potencia.
China se vio sacudida este año por varios escándalos político-financieros en los que estaban implicados las familias de altos dirigentes, entre ellos un miembro del Buró político, Bo Xilai , excluido del Partido y en espera de juicio.
Informaciones de prensa revelaron este año las colosales fortunas de las familias de ciertos dirigentes, entre ellas las del primer ministro, Wen Jiabao, y la del futuro número uno Xi Jinping.
El Partido “va a garantizar que los dirigentes respetan la ley en actos y pensamientos”, dijo Hu.