Miami. AFP. Dos nuevos testimonios en el juicio por asesinato en segundo grado contra George Zimmerman, quien disparó mortalmente contra el joven negro desarmado Trayvon Martin en Florida hace año y medio, dieron ayer una versión de la pelea que favorece a la defensa del acusado.
John Good, residente en la urbanización privada donde se cometió el crimen, el 26 de febrero del 2012, en Sanford, Florida, sureste de Estados Unidos, dijo como testigo que aquella noche lluviosa vio una pelea entre dos hombres, donde una persona “de piel más clara” estaba en el piso y otro con ropa oscura, arriba.
Las evidencias de la noche del crimen muestran que Zimmerman llevaba una chaqueta roja, mientras que Trayvon, estudiante de 17 años de secundaria en Miami, usaba una sudadera con capucha de color negro.
Vieron la pelea. Al ser interrogado por el fiscal Bernie de la Rionda, Good dijo que, sin estar “100% seguro”, creía que la persona a la que escuchó pidiendo ayuda era la que estaba contra el césped.
Luego, otro vecino, Jonathan Manalo, fue presentado en la corte como la primera persona que vio a George Zimmerman después del enfrentamiento y a quien el acusado le habría dicho que disparó en defensa personal.
“Se veía como que había peleado”, manifestó a los fiscales y a la defensa de Zimmerman.
Manalo tomó fotos con su teléfono celular a Zimmerman y al cuerpo de Travon Martin. También dijo que le preguntó al acusado qué tipo de pistola había usado y este le respondió: “una 9 milimetros”.
Este fue el quinto día de testimonios en la corte del condado de Seminole, en Sanford, donde desde el lunes, tras los alegatos de apertura del juicio por parte de la Fiscalía estatal y de los abogados de Zimmerman, han desfilado como testigos policías, vecinos, el vendedor de dulces a la víctima y la amiga del liceo de Trayvon Martin, Rachel Jeantel, quien como “testigo estrella” estuvo siete horas declarando entre el miércoles y jueves.
Zimmerman, de 29 años, de padre estadounidense y madre peruana, vivía en la urbanización Retreat at Twin Lakes, donde prestaba servicio como vigilante voluntario la noche del crimen.
El acusado de homicidio en segundo grado se declaró inocente, al alegar que disparó contra Martin en defensa propia luego de haber sido atacado por el joven, que murió de un disparo en el pecho y que tenía en su ropa un paquete de dulces y un botella de té frío.
Si es hallado culpable, Zimmerman podría ser sentenciado a cadena perpetua.
Este caso reabrió un debate en Estados Unidos sobre el prejuicio racial, por haber considerado algunos al joven negro en actitud de cometer un crimen cuando caminaba de noche a la casa donde se encontraba su padre.
Seis mujeres, cinco blancas y una hispana, integran el jurado de un caso que detonó masivas protestas pacíficas, lideradas por activistas afroestadounidenses.
En Florida, una ley sobre armas autoriza a usarlas cuando se siente una amenaza de muerte y da inmunidad ante la Justicia.