Boston, EE. UU. AFP. Dzhokhar Tsarnaev, acusado del doble atentado en la Maratón de Boston el 15 de abril, que dejó tres muertos y 264 heridos, compareció ayer por primera vez ante un juez federal de Boston, Massachusetts, y se declaró no culpable.
“No culpable”, repitió varias veces con voz grave el joven de 19 años de origen checheno al presentarse ante la jueza Marianne Bowler.
Tsarnaev llegó sobre las 15:30 (1:30 p. m. hora costarricense) a la audiencia con el mameluco naranja de prisionero, esposado y con los pies trabados cuando ingresó en la pequeña sala de audiencias del tribunal federal de Boston, donde esperaban varias víctimas emocionadas, periodistas y algunos jóvenes que se presentaban como amigos.
La audiencia de “lectura de cargos” duró siete minutos, durante la cual el joven escuchó los 30 cargos que pesan en su contra, 17 de los cuales pueden ser castigados con la pena de muerte; también se registró su declaración de “no culpable”.
El juicio no se espera que comience hasta dentro de algunos meses. Tsarnaev solamente podía “declararse culpable o no culpable”, según la jueza.
Entre los acusaciones se cuenta “uso de arma de destrucción masiva con resultado de muerte y conspiración; atentado en un lugar público con resultado de muerte y conspiración; destrucción maliciosa de propiedad con resultado de muerte y conspiración; y uso de arma de fuego durante y en relación con un crimen violento”.
Un puñado de personas que apoyaban al acusado estaban presentes y se pronunciaban por su inocencia. “He hecho mi propia investigación, para mí se trata de una manipulación del FBI”, arguyó Duke Latouf, quien vino especialmente desde Las Vegas.
“No veo ninguna prueba”, expresó Karina Figueroa, de Nueva York, quien portaba dos carteles, uno de los cuales reclamaba que se declarara inocente al joven.
Las autoridades afirman que Dzhokhar Tsarnaev perpetró el doble atentado con explosivo en la línea de llegada de la Maratón de Boston junto con su hermano Tamerlan, de 26 años, muerto durante un enfrentamiento con la Policía .
El acceso al tribunal federal fue reforzado con vallas metálicas y, ante la gran afluencia esperada, las autoridades judiciales habilitaron una segunda sala desde donde seguir la audiencia.
La sala estaba llena de familiares de las víctimas muertas y heridas en el trágico atentado.
Todas las víctimas fueron avisadas de la realización de la audiencia, la primera en la que pudieron ver el acusado. Algunas decidieron no acudir; otras sí lo hicieron.