People hold signs during a demonstration demanding for justice on the murder of Monsignor Oscar Romero, in San Salvador on May 21, 2015. Thirty-five years after he was gunned down while delivering mass, controversial Salvadoran archbishop Oscar Romero will be beatified on May 23, held up by Pope Francis as a symbol of a Catholic Church dedicated to the poor. AFP PHOTO / MARVIN RECINOS (Marvin RECINOS)
San Salvador AP, AFP La imagen de monseñor Oscar Arnulfo Romero dirige su mirada hacia el oriente de la capital salvadoreña, su mano derecha alza una cruz y con la izquierda abraza una biblia contra su pecho.
La estatua está ubicada frente a la plaza El Salvador del Mundo, donde se alza un monumento de 18 metros de alto con una columna que sostiene un globo terráqueo y culmina con la imagen del patrono del país, con una mano apuntando al cielo y la otra hacia la tierra.
El templete para la beatificación, este sábado, del arzobispo asesinado en 1980, está casi listo. Algunos trabajadores afinan los últimos detalles en la plaza, que albergará a los invitados especiales a la ceremonia celebrada por el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano, cardenal Angelo Amato, y el arzobispo de San Salvador, monseñor Luis Escobar Alas.
Dentro de una urna, las autoridades eclesiales colocaron la reliquia de Romero: la camisa que usaba cuando recibió un tiro en el corazón mientras oficiaba misa, el 24 de marzo de 1980.
A un costado del templete, una decena de jóvenes armados de guitarras y tambores danzaban y entonaban ayer canciones religiosas, al tiempo que gritaban: “¡Viva Romero!”.
“Es el pastor que Dios nos mandó. No lo pude conocer porque ya lo habían matado cuando nací, pero yo lo veo (a Romero) como una esperanza de tiempos mejores para mi país, que sufre tanto con la violencia y la pobreza”, comentó Romeo Barquero, un estudiante de 23 años que cantaba con entusiasmo frente a la tarima donde se hará la beatificación.
En el entorno de la plaza, vendedores instalan puestos para vender a los peregrinos mangos picados, jugos, emparedados y plátanos tostados.
Inconformes. Para Daniel Portillo, de 27 años y miembro de una comunidad católica del sur de la capital, realizar la beatificación en la plaza de El Salvador del Mundo es “darle la espalda al pueblo” que esperaba que fuera en la plaza Cívica, frente a la catedral, la cual ha sido testigo de momentos importantes para el país, masacres o conmemoraciones.
Las autoridades esperan la participación de más de 260.000 personas en la plaza y sus alrededores, en un radio de 5,6 kilómetros cuadrados. En la zona han sido colocadas 27 pantallas gigantes, con una distancia de dos a tres metros entre cada una.
La Policía informó de que 3.700 agentes y soldados se encargarán de la seguridad del evento.
Las actividades comenzaron ayer con la vigilia, y el acto de beatificación comenzará a las 10 de la mañana. Se dividirá en tres intervenciones del cardenal Amato: lectura de la carta que designa beato a monseñor Romero, pasar por incienso las reliquias del arzobispo asesinado y la homilía.
Los alrededores de la plaza amanecieron ayer con centenares de vendedores de recuerdos: camisetas, llaveros, bolsas, brazaletes y tazas con precios promedio de entre $2 y $5 (entre ¢580 y ¢2.700). También se venden copias de documentales y películas inspiradas en la vida de Romero.
Por $5 (unos ¢2.700) se puede comprar una camiseta con el rostro de Romero y por $1 (¢540), un afiche que recoge algunas de sus frases más recordadas; $2 o $3 alcanzan para un video de alguno de los muchos documentales, reportajes y películas inspiradas por el religioso.
Algunos visitantes van al “hospitalito”, un centro de atención de pacientes con cáncer donde Romero fue asesinado.
Raúl Julia, hijo del actor del mismo nombre que representó al arzobispo en la película Romero, de 1989, dijo que participará en el acto como invitado del Gobierno, junto a los productores Lawrence Mortorff y Chris Donahue.
“Yo vi por primera vez a mi padre en el set de Romero , por eso monseñor Romero marcó mi vida”, expresó.
Hoteles llenos. Las calles aledañas a la zona y fuera del perímetro de 5,6 kilómetros, se han llenado de autobuses con peregrinaciones procedentes del interior del país y de Centroamérica.
El Ministerio de Turismo informó de que 80% de los peregrinos ya se encuentran en el país y que los hoteles de la capital están ocupados en su totalidad. Los miles de visitantes podrían generar ingresos por $31 millones, afirmó el funcionario.