Miami
La madre y el hermano de Trayvon Martin, el joven negro muerto a manos de George Zimmerman el año pasado en Florida (sur de Estados Unidos), y un médico forense, fueron los últimos testigos de la Fiscalía el viernes, cuando la defensa del acusado pidió su absolución, que fue denegada por la jueza.
Tras haber presentado 39 testigos en las dos últimas semanas, los fiscales de Florida, que acusaron de homicidio en segundo grado al exvigilante voluntario George Zimmerman, por disparar y matar al adolescente Trayvon Martin en febrero de 2012, terminaron su presentación en un caso que el año pasado detonó protestas por los derechos civiles en Estados Unidos.
El abogado defensor de Zimmerman, Mark O'Mara, pidió a la jueza Debra Nelson la absolución de su cliente argumentando que este era un caso de "defensa personal" y que una "sobre reacción impulsiva" no era signo de odio.
Pero los fiscales se opusieron afirmando que "no disparó por benevolencia, sino por malicia", y lo acusaron de haber exagerado sus heridas para justificar la muerte del joven de 17 años que caminaba desarmado una noche lluviosa a la casa donde se hallaba su padre de visita.
Gladys Zimmerman, la madre peruana del acusado, fue la primera testigo de la defensa presentada el viernes en la tarde.
Este viernes, la madre de Zimmerman dijo que la voz que gritaba pidiendo ayuda en la llamada al teléfono de emergencia 911 era la de su hijo.
"¿Cómo sabe que es la voz de Zimmerman?", preguntó O'Mara: "Porque es mi hijo", dijo la madre del acusado.
Pero en la misma audiencia, la madre de Martin también escuchó la llamada al 911 en la que una persona pide ayuda.
La voz es de "Trayvon Benjamin Martin", dijo Sybrina Fulton, inmediatamente después de escuchar la grabación.
Tanto Fulton como el hermano de Martin, Jahvaris Fulton, de 22 años, respondieron a los fiscales y también al abogado defensor de Zimmerman, Mark O'Mara.
Por ahora los abogados de Zimmerman no han querido confirmar si pretenden que su cliente suba al podio como testigo en los próximos días.
Durante 19 días en la Corte de Sanford -centro de Florida- han desfilado médicos forenses, vecinos de la urbanización privada donde ocurrió el crimen, una amiga del liceo de Martin, familiares y policías que han intentado responder a interrogantes sobre la supuesta pelea que provocó el disparo mortal.
¿Quién empezó la pelea? ¿Quién era el que gritó ayuda? ¿Ameritaba una pelea de este tipo el uso de un arma de fuego? Esas son las principales interrogantes que intentan responder la fiscalía y abogados defensores durante un juicio teñido de acusaciones de racismo por la muerte de un joven negro y luego por la tardanza en detener al autor del disparo.
Sybrina Fulton había escrito el viernes en su cuenta de Twitter: "Pido a Dios que me dé la fortaleza para representar apropiadamente a mi ángel Trayvon".
Zimmerman, de 29 años, podría ser condenado a cadena perpetua de ser hallado culpable de asesinato en segundo grado.
Como exvigilante voluntario de la urbanización privada donde vivía, dijo que disparó a Martin porque éste lo atacó.
El joven murió de un tiro en el pecho y bajo su sudadera con capucha se le encontró un paquete de dulces y una botella de té frio.
Este caso reabrió un debate en Estados Unidos sobre el prejuicio racial y las permisivas leyes sobre el porte y uso de armas de fuego en el país.
En Florida, una ley sobre el uso de armas autoriza a emplearlas cuando se siente una amenaza de muerte, lo cual da inmunidad ante la justicia.
La Policía detuvo a Zimmerman 44 días después del incidente, cuando crecía la ira en el país e incluso el presidente Barack Obama pidió una reflexión sobre los prejuicios raciales y que se revisara la ley sobre tenencia de armas en el estado sureño.