El canciller de El Salvador, Hugo Martínes, considera que el país “está en un nuevo momento”, por lo que afirma que la sentencia de la Corte Suprema de Justicia sobre la anulación de la Ley de Amnistía General para Consolidación de la Paz, implementada desde 1993, no va a tener “efectos apocalípticos”.
Esta norma permitió que se perdonaran los crímenes cometidos durante la guerra civil que asoló al país entre 1980 y 1992.
El diplomático brindó una entrevista a La Nación, el 27 de julio, durante su visita a Costa Rica y explicó en detalle su postura sobre el tema.
¿Cuál es el significado que tiene para usted la sentencia de la Sala Constitucional sobre la Ley de Amnistía?
Desde el punto de vista de los estándares y de la mirada internacional siempre es una medida que muchas instancias internacionales esperaban y yo veo esa medida como un desafío a la reconciliación en el país. Quizás hubiera sido diferente si se hubiera derogado esa ley hace 20 años, 22 años o 23 años, pero la impresión que tengo es que la mayoría de los salvadoreños quiere paz; ya no quiere remover las heridas.
¿Entonces considera que esta anulación no va a tener un efecto relevante?
Realmente no creo que tenga los efectos apocalípticos que algunos han tratado de plantear porque, como le decía, el país está en un nuevo momento. La mayoría de la gente ha dicho que no puede olvidar, pero necesitamos darle la vuelta a la página. Percibo la sensación en los salvadoreños de que duele mucho lo que pasó, que no se puede olvidar, pero que tenemos que seguir adelante y el mejor homenaje para las víctimas es no permitir que las cosas que ocurrieron vuelvan a pasar.
¿Cree que como efecto de la sentencia disminuya el porcentaje de impunidad en el país?
Eso habrá que verlo en el devenir de los meses y los años. No me atrevería a emitir un juicio, trato de trasladar la sensación que percibo en el país como una persona también que me tomo las cosas de la manera más tranquila y positiva posible.
Inicialmente, el presidente Salvador Sánchez Cerén había dicho que el fallo no estaba acorde con la realidad del país, pero cuatro días después la destacó como relevante. Parece que hay una contradicción en la postura del Gobierno sobre el tema.
No, él en realidad dio una sola posición que fue en cadena de radio y televisión y lo que planteaba es un poco la interpretación de lo que la población está esperando en este momento. Por ejemplo, si bien es cierto hay mucho respeto a las víctimas, hay interés en la reparación, en que se corrijan los errores y que no vuelvan a ocurrir. Entonces, lo que el presidente decía es que no podemos establecer una prioridad de derechos, pero sí podemos tratar de ser lo más pertinentes posible con el momento histórico que está viviendo el país. Hay muchas cosas de esa ley que se debieron haber corregido en el mismo momento en el que fue promulgada.
¿Por qué en el 2005, cuando era diputado opositor, apoyaba la derogación de la Ley de la Amnistía y ahora que fue declarada inconstitucional considera que la sentencia llega tarde?
Lo manifestado no refleja un cambio de opinión, sino que lo que se señaló es que hoy, que El Salvador vive un momento histórico diferente a 1992, cuando se dieron los Acuerdos de Paz, es que se da esta resolución sobre la Ley de Amnistía, específicamente cuando se están por cumplir 25 años de esta firma.
”Asimismo, hay que recordar que nuestra Constitución establece en su artículo 182, ordinal 5, que una de las atribuciones de la Corte Suprema de Justicia es vigilar porque se administre pronta y cumplida justicia, para lo cual se adoptarán las medidas que estimen necesarias. Entonces, en ese sentido es que también puede estimarse que la decisión de la Sala de lo Constitucional no ha llegado con esa prontitud que señala la Constitución”.