Washington. AP y AFP. Aaron Alexis, responsable de las balaceras fatales en una instalación de la Marina de Guerra de Estados Unidos en Washington, tenía antecedentes de estallidos de violencia, fue acusado al menos en dos ocasiones de disparar armas por estar furioso y se encontraba en las etapas iniciales de tratamiento por problemas mentales graves, según actas judiciales e informes de funcionarios de las fuerzas de seguridad.
Pero, al parecer, Alexis logró explotar fallas en las emparchadas leyes de control de armas, cuyo fin es que estas no lleguen a manos de personas peligrosas. Él fue capaz de comprar una escopeta en Virginia con una identificación de otro estado, a pesar de que ello le hubiera impedido adquirir una pistola.
Es ilegal que comerciantes de armas vendan pistolas a compradores de otro estado, pero la Ley de Protección a Propietarios de Armas de Fuego , aprobada por el Congreso en 1986, permite las ventas interestatales de escopetas y rifles.
Las leyes de armas de Virginia exigen únicamente que un comprador de otro estado muestre una identificación válida y apruebe una revisión de antecedentes para poder adquirir la escopeta. Alexis nunca fue procesado por delitos menores con uso de armas.
El hombre compró la escopeta el sábado en Sharpshooters Small Arms Range en Lorton, Virginia, según una declaración del abogado del campo de tiro.
Michael Slocum dijo en un correo electrónico que Alexis alquiló un rifle, compró balas y utilizó el campo de tiro antes de adquirir la escopeta y 24 cartuchos. Slocum agregó que Alexis aprobó una revisión federal de antecedentes.
“Lo que hizo la Ley de Protección a Propietarios de Armas de Fuego de 1986 fue hacer más convenientes las cosas para los compradores”, dijo Kristen Rand, directora legislativa del Violence Policy Center. “Ese es el camino en el que hemos estado durante algún tiempo: la comodidad de los compradores de armas parece triunfar siempre sobre el derecho de las víctimas a no ser baleadas”.
Las leyes federales de control de armas prohíben que personas con enfermedad mental compren legalmente armas. Pero tales personas tendrían que haber sido internadas en una institución mental contra su voluntad o ser declaradas mentalmente enfermas por un juez, y esa información debe ser reportada al FBI para que aparezca en una base de datos para revisión de antecedentes.
Sin embargo, al igual que otros acusados de balaceras recientes, Alexis nunca fue declarado mentalmente enfermo por un juez o internado en un hospital.
Los proyectos de ley impulsado por la Casa Blanca para aumentar la regulación no han avanzado en el Congreso, a pesar de los llamados apremiantes del presidente, de algunos legisladores y familiares de víctimas.