Colón
Los trabajos de ampliación del Canal de Panamá, que llevan un año de retraso, entraron en su última fase este miércoles con la llegada de las últimas compuertas, lo que avivó la expectativa de que la nueva vía estará operativa en 2016.
"Hoy es un día histórico donde no sólo llegan las compuertas sino que nos acercamos más a esa nueva era de nuestro Canal ampliado que traerá mejores días para todos los panameños", aseguró el presidente panameño, Juan Carlos Varela, tras recibir las gigantescas estructuras.
La llegada de las compuertas "es un hito muy importante porque es el último de los componentes más críticos del proyecto" y permitirá comenzar las pruebas en agosto para "poder empezar las operaciones temprano en el 2016", dijo a la AFP el administrador de la vía, Jorge Quijano.
La ruta panameña, por la que pasa el 5% del comercio marítimo mundial, está desde 2007 en fase de ampliación para que buques de hasta 14.000 contenedores, el triple del límite actual, puedan atravesar sus 80 kilómetros.
Las obras por $5.250 millones consisten en la construcción de un tercer juego de esclusas o carril para que los buques pospanamax, equivalentes a cuatro campos de fútbol, puedan navegar por la vía.
Las nuevas esclusas funcionarán con 16 compuertas, ocho en el Caribe y 8 en el Pacífico, de 58 metros de largo y entre 22 y 33 metros de altura.
Pese a que falta menos de la quinta parte de las obras, el plan original establecía que la ampliación debía estar lista este año.
Sin embargo, acumula retrasos por controversias entre la Autoridad del Canal de Panamá y el consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), encargado del diseño y construcción de las nuevas esclusas, el principal contrato del proyecto.
GUPC, liderado por la española Sacyr, detuvo los trabajos por 15 días este año en demanda de $1.600 millones por sobrecostos, negados a su vez por la ACP, lo que unido a varias huelgas por mejoras salariales terminó por retrasar el proyecto.