Bersani, cabeza del Partido Democrático, obtuvo la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, pero no en el Senado, situación necesaria para lograr la confianza del Parlamento y poder gobernar.
“Me tomaré el tiempo necesario, es una situación difícil”, reconoció Bersani , quien prometió un gobierno que realice cambios y reformas, entre ellas del sistema político.
Con la designación de Bersani , Napolitano trata de resolver la compleja situación antes de que termine su mandato, el 15 de mayo.
Desde hace varias semanas Bersani intenta en vano el apoyo de los 54 senadores del excómico Beppe Grillo, vocero de los indignados italianos, quienes han anunciado en numerosas ocasiones que votarán sólo las leyes que reflejen su propio programa.
Italia se encuentra sin una mayoría clara en un contexto de recesión y alto endeudamiento, y con la Comisión Europea pidiéndole que siga con las reformas económicas y de austeridad emprendidas por el anterior gabinete del tecnócrata Mario Monti.