Ciudad del Vaticano (AFP). El papa Francisco canonizó a los primeros santos de su pontificado, en una ceremonia solemne en la plaza de San Pedro.
Los nuevos santos son dos monjas latinoamericanas, la colombiana Laura Montoya y la mexicana María Guadalupe García Zavala, así como 800 mártires italianos que se negaron a convertirse al islam en el siglo XV.
El sumo pontífice aprovechó la ocasión para lanzar un firme llamado a favor de la pacificación de México y Colombia, contra el “aburguesamiento del corazón que nos paraliza” dijo, y las persecuciones religiosas que sufren los católicos en todo el mundo.
En la homilía, bajo un sol primaveral, ante miles de asistentes y delegaciones oficiales, en particular de Colombia y México, el Papa invitó a los fieles a seguir el ejemplo de las nuevas santas, que dedicaron sus vidas a los pobres, a los enfermos, a los marginados y a los indígenas.
Frente a la fachada de la basílica colgaban los enormes retratos de las monjas latinoamericanas y un tapiz que representaba a los mártires italianos, encabezados por el humilde zapatero Antonio Primaldo, todos cruelmente decapitados por los musulmanes y emblema de la iglesia perseguida de todas las épocas, al negarse a abjurar de su fe.
“Los incluimos en el libro de los santos y establecemos que en toda la Iglesia sean devotamente honrados entre los santos”, dijo el Papa tras pronunciar la tradicional fórmula en latín.