Milán, Italia. AFP. Benedicto XVI viajó ayer a Milán (norte) para reunirse con católicos de 153 países y destacar la importancia de la familia en las sociedades en crisis, haciendo un paréntesis en el escándalo sobre filtración de documentos que sacude el Vaticano.
El Papa llegó a Milán a las 3:15 p. m. hora local a bordo de un Airbus 319 de la Fuerza Aérea italianas y fue recibido por las autoridades locales, entre ellas el alcalde Giuliano Pisapia.
Frente a la catedral milanesa, el Papa lanzó un llamado a favor “del laicismo positivo”, en una ciudad gobernada desde hace un año por la izquierda radical.
El Papa permanecerá en la llamada capital económica de la península hasta mañana y cumplirá un programa muy cargado para una persona de 85 años, durante el cual pronunciará siete discursos y homilías ante familias enteras, provenientes de todos los continentes para participar en el VII Encuentro Mundial de las Familias.
De todas partes. Cientos de españoles y de inmigrantes latinoamericanos acompañarán al Papa durante la visita, entre las más amargas de su pontificado, ya que estará marcada por la ausencia y deslealtad de uno de sus asistentes más cercanos, Paolo Gabriele , su mayordomo, detenido desde hace 10 días por robar y filtrar a la prensa documentos y cartas reservadas del Pontífice y de su secretario. El funcionario fue reemplazado por otro laico, Sandro Mariotti, quien celebra su primer viaje como mayordomo al lado de Su Santidad.
Benedicto XVI habla sin problemas del escándalo que sacude a los palacios apostólicos y en varias ocasiones ha admitido que todo ello le ha llenado de “tristeza el corazón”, aunque fustigó a los medios de comunicación por ofrecer una “imagen deformada” del Vaticano .
El Papa intenta calmar así a los católicos de todo el mundo, desconcertados y preocupados ante las divisiones dentro de la Iglesia, y espera también aliviar las tensiones evidentes entre los jerarcas de la Curia romana, sus ministros, acusados de protagonizar una lucha por el poder.
Lo que está ocurriendo en el Vaticano “no ofuscará absolutamente” el mensaje del Papa ni su visita, según el cardenal Ángelo Bagnasco, presidente de la Conferencia Episcopal italiana.
“La familia debe ser considerada patrimonio de la humanidad”, dijo el Pontífice desde la plaza del Duomo, frente a la catedral.
La visita continuará hoy con una “meditación” en la catedral y un encuentro con jóvenes que recibirán la confirmación en el estadio de San Siro.