En sus intentos por derrocar al gobierno de Pakistán, que es aliado de Estados Unidos, rebeldes de al-Qaeda y el talibán han cometido numerosos atentados que han causado la muerte de miles de personas en todo el país.
En reacción, las fuerzas militares paquistaníes han lanzado ofensivas en las zonas remotas del noroeste, donde la insurgencia ha sentado sus reales, y Estados Unidos ha intensificado sus ataques con misiles contra reductos que no están al alcance del ejército paquistaní.
El agente policial Bin Yamin dijo que los detenidos tenían nexos con el Talibán asentado en la región paquistaní de Waziristán del Sur, donde el ejército combate la insurgencia desde el 2009.
La Policía capturó a uno de los individuos que llevaba un chaleco con explosivos y se alistaba para perpetrar el atentado durante las oraciones del viernes contra una mezquita en Islambad, dijo Yamin.
La fuente se abstuvo de explicar las razones por las cuales la mezquita sería blanco de un atentado por parte de rebeldes que propugnan una interpretación radical del Islam.
La mayoría de los atentados están dirigidos contra objetivos gubernamentales, occidentales y entidades de seguridad, aunque han ocurrido estallidos de bombas de manera indiscriminada en sitios públicos al parecer con la intención de propagar el terror y socavar la confianza en el gobierno.