Filadelfia. afp. El papa Francisco pidió en Filadelfia dejar de lado las “divisiones estériles” y “proteger” al mundo, en una multitudinaria misa de cierre de su exitosa gira por Estados Unidos, tras reunirse con víctimas de pedofilia.
“Nuestra casa común no tolera más divisiones estériles. El desafío urgente de proteger nuestra casa incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar”, dijo el Papa.
En su despedida, tras seis días de gira por Washington, Nueva York y Filadelfia, el Sumo Pontífice, argentino y de 78 años, hizo un llamado a la unidad, al diálogo y la tolerancia ante cientos de miles de personas llegadas de todo el planeta para el VIII Encuentro Mundial de la Familia.
Francisco recorrió las calles de la ciudad del este del país a bordo del papamóvil en medio de una ovación hasta llegar al escenario gigante instalado en la avenida Benjamín Franklin Parkway.
“Nunca vi tanto entusiasmo. Todo el mundo está unido”, dijo el guatemalteco Manuel Portillo, de 54 años y quien vive desde hace 22 en Filadelfia.
Al final de la misa se anunció que el próximo festival de familias católicas tendrá lugar en Dublín, Irlanda, en 2018.
Por la mañana, Francisco protagonizó una muy esperada reunión con víctimas de actos pedófilos cometidos por sacerdotes, donde dijo que “Dios llora” por esos abusos y prometió que los responsables pagarán.
“Dios llora. Los crímenes contra menores no pueden ser mantenidos en secreto por más tiempo”, afirmó a los obispos estadounidenses.
Francisco recibió a tres mujeres y dos hombres víctimas de abusos sexuales perpetrados por miembros del clero, educadores y miembros de sus familias, según el Vaticano.
Filadelfia, ciudad de la costa este a medio camino entre Washington y Nueva York, fue una de las más afectadas en Estados Unidos por este escándalo en los años 1980.
El Papa había hablado de lo ocurrido durante este viaje, pero siempre de manera discreta. Su antecesor Benedicto XVI se había reunido con víctimas en Boston en 2008.
Desde el ala más dura de los afectados, la red de sobrevivientes de aquellos abusados por sacerdotes (Snap, por sus siglas en inglés), la reunión fue “una simple operación de relaciones públicas”, según un comunicado.
En otro día con una agenda cargada, el Papa cumplió con una actividad que a menudo forma parte de sus viajes pastorales, dirigiéndose a la prisión de Curran-Fromhold en las afueras de Filadelfia.