El surgimiento o intensificación de fenómenos como el yihadismo o el crimen organizado, sumado a un sistema jurídico reactivo que muestra grandes diferencias entre regiones y a resoluciones que pocos países respetan, han provocado un desmejoramiento en la situación de los derechos humanos durante las últimas décadas.
Así lo considera el presidente del Instituto Internacional de Derechos Humanos (IIDH) y expresidente de la Corte Europea de Derechos Humanos , Jean-Paul Costa, quien visitó el país la semana pasada para participar en un seminario sobre la abolición universal de la pena de muerte, organizado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos .
¿Cuáles son las principales limitaciones jurídicas que enfrenta la protección de los derechos humanos?
Hay algo muy claro que es que solo tenemos un marco jurídico real sobre el tema de defensa de los derechos humanos en América y la Unión Europea. En África se está empezando, pero son los primeros pasos, y en el resto de zonas no existen marcos regulatorios.
”Naturalmente, hay sistemas que son consultivos, como el Comité de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, pero el problema es que sus criterios no son vinculantes, solo la Corte Europea y la Interamericana tienen el poder de hacer sentencias vinculantes”.
¿Y limitaciones que van más allá de lo jurídico?
Varios temas importantes: el terrorismo, el crimen organizado, el tráfico de todo tipo –personas, drogas y armas–.
”El caso más claro, en la actualidad, es el del yihadismo y las decapitaciones realizadas por el grupo Estado Islámico , de las cuales incluso se hacen transmisiones en redes sociales. Otro tema importante es que en países democráticos se siguen realizando muchas violaciones, por ejemplo, con la pena de muerte y el manejo de prisioneros.
”En términos generales, podemos decir que la situación de los derechos humanos es peor ahora que hace 20 o 30 años”.
¿Por qué se da ese retroceso a pesar de la existencia de sistemas de defensa consolidados, como el europeo y el interamericano?
La razón principal es que esos mismos problemas (terrorismo, crimen organizado, narcotráfico), han impulsado a los Estados a tomar actitudes muy estrictas respecto a seguridad, pero no tanto respecto a libertades.
¿Influye también que el sistema internacional de derechos humanos está enfocado mucho en la reacción y poco en la prevención?
Es cierto que nos hace falta trabajar en la prevención e involucrar más a la sociedad civil. Por ejemplo, el fundador del IIDH y Premio Nobel de la Paz, René Cassin , fue presidente de la Corte Europea y siempre habló acerca de la necesidad de hacer más en prevención, una prevención que complemente a la reacción jurídica.
¿La crisis económica ha empeorado la situación de los derechos humanos?
Sin duda es un punto muy importante en la desmejora porque incluso ha generado menos protección en países defensores, como los europeos, especialmente en lo referente a derechos económicos y sociales , como las pensiones que sufrieron recortes hasta del 40% en algunos países.
¿Por qué muchas naciones siguen abordando esos derechos económicos, sociales y culturales (por ejemplo: el derecho a la alimentación, el derecho a la vivienda y el derecho a la salud) simplemente como metas?
Muchas veces se piensa que, en la parte social, es el individuo el que tiene que luchar solo y eso hace que tales derechos sean menos prioritarios. Por el otro lado, está el tema de que son derechos ligados históricamente a los partidos de izquierda y eso limita su promoción por parte de los partidos de derecha. También, con la crisis económica, son los primeros derechos que se violentaron, como con el caso de las pensiones en Europa.
¿Qué tan problemático es el caso de Asia, partiendo de que no existe un sistema regional y de que China no ratifica convenios de derechos humanos?
Estuve hace un año en Japón, y los japoneses ven potencial para trabajar el tema con los países del sureste asiático. Por ejemplo, con Tailandia, Filipinas y Singapur, pero ven muy complejo el tema relacionado con China.
”China siempre tiene cierta oposición con el tema de derechos humanos. En el mediano plazo, podríamos ver al sureste asiático caminando hacia un sistema como el europeo, impulsado por el liderazgo de Japón, pero dudo mucho de que China participe”.
Los Estados Unidos tampoco ratifican acuerdos de derechos humanos, pero es uno de los países que los utiliza más al momento de justificar su política exterior, ¿tiene un doble discurso en el tema?
El sistema de los Estados Unidos es muy complejo; por un lado es un sistema protector de la libertad de expresión, la libertad de prensa y la vida privada, pero por el otro lado es un país menos protector en temas como la pena de muerte (en 2013 se ejecutó a 39 personas) y en el trato y cantidad de detenidos.
”Sobre la doble moral, lo que puedo decir es que está muy mal que los Estados Unidos no ratificara la Convención Interamericana de Derechos Humanos” .
¿Cómo evalúa los casos en que países – como Costa Rica con fecundación in vitro – desacatan las sentencias de las cortes internacionales de derechos humanos?
Es un gran problema que los países no acaten las sentencias y es algo que pasa tanto en Europa como en América, más bien es casi un milagro que las sentencias sean ejecutadas como se debe porque tenemos consecuencias muy débiles para los países que incumplen.
¿Podemos afirmar que el sistema internacional es muy blando con las naciones condenadas?
Sí, el sistema en eso falla porque no tiene el poder suficiente para hacer cumplir las sentencias; tal vez en Europa hay una diferencia o pueda empezar a mejorar porque el Comité de Ministros es una instancia superior que tiene como una de sus funciones ejercer presión política sobre los Estados para que se cumplan las sentencias de la Corte; esa es una instancia que, por ejemplo, no existe todavía en el sistema interamericano.