Naciones Unidas. EFE y redacción Casi medio centenar de líderes de todo el mundo tomaron la palabra ayer en la Asamblea General de la ONU para defender la necesidad de actuar ante un mundo que se resquebraja a causa de los conflictos armados, las enfermedades, la desigualdad y problemas como el cambio climático.
“Podría parecer que el mundo se está viniendo abajo”, dijo el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en la apertura de los debates, donde despachó un sombrío discurso sobre el estado del planeta.
Ban destacó que desde la segunda Guerra Mundial no había en el mundo un número similar de refugiados y necesidades humanitarias a causa de los conflictos en países como Siria, Irak, Ucrania y varias naciones africanas.
“Ha sido un año terrible para los principios consagrados en la Carta de Naciones Unidas”, señaló.
Bajo ataque. “Desde bombas de racimo a decapitaciones , desde hambrunas provocadas a asaltos de hospitales, refugios de la ONU y convoyes humanitarios. Los derechos humanos y el Estado de derecho están bajo ataque”, enumeró.
“La diversidad es atacada por extremistas que insisten en que su fórmula es la única fórmula. El desarme se ve como un sueño lejano”, subrayó el secretario general.
Pero no faltó quien devolvió la responsabilidad de muchas de estas crisis a la propia ONU y su Consejo de Seguridad.
Por ejemplo, el presidente turco, Recep Tayip Erdogan, dijo que la ONU reiteradamente se ha quedado de brazos cruzados, y mencionó el ejemplo de la guerra civil en Siria, en la que han muerto más de 200.000 personas, y la guerra en Gaza a mediados de este año, donde murieron más de 2.000.
Criticó además al mandatario egipcio Abdel-Fatá el-Sissi. Dijo que el presidente electo democráticamente en Egipto, el islamista Mohamed Morsi, fue derrocado con un golpe de Estado, y que la ONU optó por legitimar a la persona que encabezó el golpe, en alusión a el-Sissi.
El discurso del presidente Obama fue representativo de las preocupaciones de Occidente: Hizo un vehemente llamado a la unidad contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI) para destruir “esa red de muerte”. Holanda y Bélgica anunciaron que se sumarán a los bombardeos contra el grupo.
Países árabes, entre ellos Egipto, Jordania y Catar, defendieron también la necesidad de actuar ante el extremismo y de impulsar al mismo tiempo una solución política para el conflicto sirio.
Obama denunció la “agresión” de Rusia en Europa por el conflicto en Ucrania y aseguró que Estados Unidos “levantará las sanciones” contra Moscú si escoge el camino de la paz.
Reclamó un “mayor esfuerzo” a nivel internacional para erradicar el peor brote del virus del Ébola desde su identificación en 1976, que hace estragos en África occidental.
El statu quo en Gaza y Cisjordania “no es sostenible”, dijo Obama. “Mientras yo sea presidente, nos mantendremos firmes en el principio de que israelíes, palestinos, la región y el mundo serán más justos con dos Estados que vivan lado a lado, en paz y seguridad”.
Los países árabes también urgieron a poner fin al sufrimiento del pueblo palestino, que varios líderes como el rey Abdalá II de Jordania señalaron como el “conflicto central” de Oriente Medio.
Obama presidió una sesión extraordinaria del Consejo de Seguridad que adoptó una resolución unánime para frenar el flujo de yihadistas extranjeros a Siria e Irak y responder a la amenaza que representan para sus países de origen.
La resolución impone a los países, bajo pena de sanciones, impedir a sus ciudadanos enrolarse en organizaciones extremistas como el EI.
Obama dijo que los expertos estiman que 15.000 combatientes extranjeros procedentes de más de 80 países se han sumado en los últimos años a organizaciones extremistas en Irak y Siria.