Panamá. ACAN-EFE. En un encuentro marcado por la ausencia de la mitad de los presidentes latinoamericanos, la Cumbre Iberoamericana de Panamá dio luz verde ayer a la refundación de este foro para adaptarlo al nuevo escenario mundial, 22 años después de su creación.
Los jefes de Estado y de Gobierno aprobaron la reforma de la organización y contenido de las cumbres, que pasarán de ser anuales a celebrarse cada dos años, alternándose con las citas entre la Unión Europea (UE) –a la que pertenecen España y Portugal– y América Latina.
También quedó aprobada la reestructuración de la Secretaria General Iberoamericana (Segib), aunque quedó pendiente, para el 2015, definir la nueva redistribución de cuotas de su financiación de manera que los latinoamericanos asuman un mayor porcentaje y España, que aporta el 60% del total del presupuesto de la organización, rebaje su parte.
Los mandatarios despidieron al hasta ahora jefe de la Segib, el veterano político uruguayo Enrique Iglesias, quien a los 83 años deja ese organismo coordinador de las cumbres, al frente del cual permaneció ocho años.
Según fuentes concordantes, la política costarricense Rebeca Grynspan, actual vicesecretaria general de la ONU y administradora asociada del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) desde el 2010, se perfila como la favorita para suceder a Iglesias, un relevo que se produciría previsiblemente a comienzos del próximo año.
Remozar las cumbres. Casi todos los gobernantes y representantes de los países apoyaron la reforma de las cumbres para mejorar su eficacia y adaptarlas “a la cambiante realidad” del entorno globalizado actual.
Entre los cambios adoptados está la identificación de nuevas prioridades y la renovación de la cooperación iberoamericana.
Se pretende dar más espacio al dialogo privado entre los gobernantes, variante introducida hace pocos años y que en la actualidad se denomina “retiro”, de unas tres horas de duración, cuando los jefes de Estado y Gobierno debaten a solas temas que les preocupan y que pueden proponer sin agenda previa.
Los gobernantes no se pusieron de acuerdo para la creación de un fondo de cooperación, que se pretendía abrir a las aportaciones del sector privado.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, explicó su propuesta de integrar los distintos organismos iberoamericanos –que funcionan “de forma excesivamente autónoma y no proporcionan la visibilidad adecuada en Iberoamérica”–, con lo que se lograría un sistema “más eficaz”.
Propuso que los cancilleres, de cara a la próxima cumbre de Veracruz, México –en el 2014–, elaboren un plan de integración de esas entidades, que se centran en la educación, seguridad social, juventud y justicia.