Michelle Obama, Bob Harper First lady Michelle Obama and Bob Harper of Biggest Looser, right in blue shirt, do the Interlude dance during a Let's Move event with children from Iowa schools, Thursday, Feb. 9, 2012, at the Wells Fargo Arena in De Moines, Iowa, during her three day national tour celebrating the second anniversary of Let's Move. (AP Photo/Carolyn Kaster) (Carolyn Kaster)
Así cerró Michelle Obama su discurso en un escenario repleto con 10.000 niños de las escuelas de Iowa, como parte de su campaña
En el segundo aniversario de este, su programa estrella, la primera dama aparece en ropa deportiva, se menea a ritmo aeróbico en eventos públicos y da discursos sobre la importancia de una vida sana.
Así ha intensificado su particular lucha a favor de gente más saludable en EE. UU., con miles de entidades asociadas a lo largo del país.
“Este programa refleja la visión de Michelle Obama, quien entró en la Casa Blanca con el convencimiento de ayudar a los niños y familias del país”, relata Sam Kass, a quien llaman “el chef de doble sombrero”: uno por el que ensucia cuando es jefe de cocina de la Casa Blanca y el otro por el que luce cuando es asesor de la política nutricional de los Obama.
Como su intención es adaptar el mensaje a todos los perfiles sociales, la esposa del presidente ha protagonizado esfuerzos inéditos. La semana pasada hizo abdominales en un estudio de televisión, se enfundó un pantalón deportivo para salir en la última portada de la revista “Prevention” y compitió con un presentador estrella de la cadena NBC en una carrera de sacos.
“Tuvo la habilidad de encontrar un espacio en el que todos los partidos quieren contribuir”, dice el cocinero de la Casa Blanca.
En tan solo dos años, algunos de sus esfuerzos ya son perceptibles.
Por ejemplo, las alianzas con las grandes cadenas de supermercados avanzaron en el último año para incentivar que instalen nuevas tiendas en zonas sin acceso a oferta alimentaria variada y para que reduzcan los ingredientes poco sanos de sus productos.
La primera dama, patrocinada por el Departamento de Agricultura, presentó a finales de enero las nuevas directrices dietéticas para los comedores escolares. El programa duplica la cantidad de vegetales, limita los productos lácteos a los desnatados y disminuye la sal y las grasas en el menú .
Expertos como Dorothy Chen-Maynard, coordinadora de estudios de Nutrición de la Universidad de California, creen que se necesita una década para comprobar los efectos y que “lo que comenzó como una iniciativa de la Casa Blanca con grandes subvenciones” debe dar el difícil salto de cambiar los hábitos en casa.