Trípoli/ El Cairo (DPA) Un niño holandés es el único superviviente del avión libio que se estrelló hoy cuando se disponía a aterrizar en el aeropuerto de Trípoli con 104 pasajeros a bordo.
Según las autoridades libias, británicas y holandesas, entre los 103 muertos hay 61 holandeses, 13 libios, así como al menos un británico y algunos sudafricanos.
El ministro de Transporte Mohamed Zidane dijo que las víctimas son originarias de nueve países, entre ellos también Francia, Finlandia, Zimbabwe, Filipinas y Alemania. Sin embargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania no confirmó ni desmintió la noticia sobre el fallecimiento de un alemán en el accidente.
Muchas de las víctimas viajaban desde Johannesburgo vía Trípoli con destino final en Londres, Bruselas, Dusseldorf o París.
El estado de salud del niño es estable, si bien sufrió algunas fracturas y presenta varios hematomas, dijo un empleado del hospital Al Sabia en Trípoli.
La emisora holandesa RTL Nieuws publicó en su página de Internet un video en el que se ve al niño acostado en una cama del hospital.
Un médico libio explicó que el niño se quebró ambas piernas, pero su estado es estable. Lleva una venda en la cabeza y usa una máscara de oxígeno. Abrió los ojos y aparentemente está en estado de shock.
Un portavoz del aeropuerto libio señaló que el superviviente tiene nueve años, aunque otras fuentes cifran su edad en los ocho o diez años.
Las imágenes de las fuerzas de rescate buscando los restos mortales en la arena entre los asientos de color verde, los trozos de ropa y las piezas de metal hacían casi inverosímil el hecho de que alguien haya podido sobrevivir a la tragedia. A un costado se podía ver el arrancado alerón de colores de la aeronave.
Un portavoz de la compañía aérea Afriqiyah Airways declaró el final de los trabajos de rescate por la tarde (hora local). Todos los hombres equipados con máscaras de protección para respirar y varias mujeres con velo se retiraron.
El Airbus 330-200 había partido de la ciudad sudafricana de Johannesburgo con destino a Trípoli. La tragedia tuvo lugar cuando la aeronave se disponía a aterrizar en el aeropuerto, uno 25 kilómetros al sur de la capital. El casco de la nave se hizo pedazos.
Hasta ahora no se conocen los motivos del accidente, aunque las autoridades libias descartaron un atentado terrorista. Un testigo declaró haber visto llamas en un motor antes de la colisión. Según la compañía aérea, a bordo viajaban 11 miembros de la tripulación y 93 pasajeros.
El primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, se mostró por su parte "consternado por las informaciones de Libia" durante una rueda de prensa. Varios empleados de la embajada de Holanda en Trípoli, señaló, están en el lugar de los hechos para prestar ayuda y obtener más informaciones. La reina Beatríz dio el pésame a los familiares de las víctimas.
El avión había partido la noche del martes (hora local) de Johannesburgo. El accidente fue el primero de gravedad de la compañía que, según informaciones de la Agencia Europea para Seguridad Aérea con sede en Colonia, había aprobado varios tests de seguridad.
La televisión libia mostró imágenes de cómo se recuperaba la caja negra y la grabación de las conversaciones de la aeronave en el lugar de la tragedia. Las autoridades no confirmaron por otro lado informaciones respecto a que se habría registrado un fallo técnico poco antes del aterrizaje.
El fabricante del avión, Airbus, prometió por su parte ayuda en las investigaciones y envió un equipo de expertos a Trípoli.