Jerusalén (AFP). El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el líder opositor Shaul Mofaz provocaron una enorme sorpresa al anunciar un acuerdo de unión que permite evitar las elecciones anticipadas y constituye la mayor coalición de gobierno en la historia de Israel.
"La unión restablece la estabilidad. Un amplio gobierno de unión nacional es bueno para la seguridad, la economía y el pueblo de Israel", explicó Netanyahu en un contacto telefónico con el presidente israelí, Shimon Peres, quien se encuentra en visita a Canadá.
Seis semanas después de haber llegado a la dirección del partido centrista Kadima, Mofaz se unió -en la noche del lunes al martes- a la coalición de derecha de Netanyahu, quien a su vez renunció a convocar elecciones legislativas en septiembre.
Mofaz y Netanyahu negociaron este acuerdo en secreto, mientras que el Knesset (el Parlamento) se aprestaba a votar su propia disolución ante la perspectiva de elecciones.
A raíz de este acuerdo, Netanyahu renunció a las elecciones y Mofaz deberá convertirse en vice primer ministro y ministro sin cartera. Mofaz deberá prestar juramento al Knesset mañana.
Ninguna otra personalidad de Kadima ingresará al gobierno pero diversos dirigentes deberán obtener puestos importantes, en especial en la poderosa comisión parlamentaria de Asuntos Extranjeros y de Defensa, así como en la comisión de Asuntos Económicos.
Los dos dirigentes también acordaron que un nuevo texto más igualitario substituirá a la muy controvertida "ley Tal", que exime del servicio militar a los judíos religiosos ortodoxos. Mofaz, un exgeneral, defiende un cambio en esa ley, propuesta a la que se oponen los partidos laicos.
El acuerdo entre Netanyahu y Mofaz preve el relanzamiento del proceso de paz con los palestinos, y garantiza el voto favorable al presupuesto nacional para el próximo ejercicio fiscal.
Este entendimiento aún deberá ser aprobado hoy por el Knesset y permitirá a Netanyahu apoyarse en una aplastante mayoría de 94 diputados sobre 120.
Mofaz, quien había jurado al cielo que nunca se uniría al gobierno de un "mentiroso", se comprometió a permanecer en el seno de la coalición hasta el fin de la legislatura en octubre de 2013.
Este anuncio prácticamente teatral había sido cuidadosamente preparado y desató la furia de la minoritaria oposición de izquierda.
Para Shelly Yachimovich, nueva dirigente laborista, se trata de un "pacto de cobardes" y consideró que es "el más ridículo zigzag en la historia política israelí".
Ayer en la mañana, Netanyahu había confirmado durante el Consejo de Ministros que deseaba organizar elecciones anticipadas el 4 de septiembre.
En la víspera, Netanyahu había adelantado indicios de sus intenciones al indicar que deseaba formar luego de las elecciones "un gobierno tan largo como sea posible para asegurar el futuro de Israel".
Aproximadamente la mitad (el 48%) de los israelíes consideran a Netanyahu el mejor candidato, mientras que su partido, el derechista Likud, aspiraba a conquistar 31 asientos entre los diputados.
En tanto, el partido Kadima, la principal fuerza de Israel con 28 diputados, está en caída libre. Los sondeos preveían, en el mejor de los escenarios, alrededor de una docena de legisladores.
A los ojos de su partido, Mofaz, de 63 años, es visto como un "salvador", aunque permanecerá como el líder la más efímera oposición en la historia del país.
Mofaz, nacido en Irán y ex integrante de Likud, ex jefe del Estado Mayor y el ministro de la Defensa, construyó una sólida reputación de hombre movido por sus ambiciones personales, más que por ideología.
Sus simpatizantes ponen de relieve su rica experiencia militar, que podría ser sumamente útil a Israel, en momentos en que Netanyahu considera que el programa nuclear iraní es una "amenaza existencia" para Israel.