Los decretos instauran una cuota de 20% de mujeres en el Consejo y designan a los 150 miembros de esta instancia para un nuevo mandato. Las mujeres, dos de ellas princesas, son en su mayoría universitarias o figuras de la sociedad civil.
El rey Abdalá, calificado de reformador en un país donde el poder religioso es en general reacio a los derechos de las mujeres, tiene mucha influencia en la vida pública y prometió el 25 de setiembre del 2011 que las mujeres podrían acceder al Consejo. También anunció que ellas podrán votar en las elecciones municipales a partir del 2015, siguiendo su política de prudencia y reformas graduales.
El Consejo Consultivo no puede legislar y su papel se limita a aconsejar al Gobierno sobre la política general, pero su existencia es una muestra de la voluntad del poder para que las élites participen en la toma de decisiones.
Las mujeres tendrán una zona reservada en el hemiciclo del Consejo y una entrada distinta que la de sus colegas masculinos.
En Arabia Saudí, los derechos de las mujeres están limitados por una interpretación rigurosa del islam, que las obliga a llevar velo y les prohíbe conducir o viajar al exterior sin autorización de un tutor.