París. AFP François Dupeyron, fallecido este jueves a los 65 años luego de una larga enfermedad, era un cineasta francés interesado por los desvalidos, desde los soldados de la Primera Guerra Mundial hasta los excluidos, fueran kurdos o marginados de los suburbios.
Lejos del sistema del cine francés y de las grandes producciones, Dupeyron deja varios filmes sensibles y particulares, desde su primer largometraje, Drôle d’endroit pour une rencontre (1988), hasta el último, Mon âme par toi guérie (2013), pasando por La chambre des officiers ( El pabellón de los oficiales , 2001), sin duda uno de los títulos más conocidos.
“Llegué al cine siendo un niño, porque era muy malo escribiendo”, afirmó en el 2004 a Libération este oriundo de Tartas (Landas, suroeste) y quien estudió cine en el Instituto de Altos Estudios Cinematográficos.
Pese a ello, el director escribió todos sus guiones, a menudo adaptaciones de libros, e incursionó incluso en la novela.
Cambio. Después de una trayectoria de cine militante, Dupeyron dirigió dos cortometrajes, La nuit du hibou (1984) y Lamento (1988) que le valieron sendos reconocimientos César.
Sus dos filmes siguientes tuvieron menos éxito, ( Un coeur qui bat, 1991, y La machine , 1994), pero el realizador ganó luego la Concha de Oro del Festival de San Sebastián en 1999 con C’est quoi la vie? ( ¿Qué es la vida? ), una sencilla historia de amor en el campo, con la crisis de la agricultura y de la vaca loca como telón de fondo.
Tras ese éxito, el cineasta pareció buscar un poco más de liviandad con Monsieur Ibrahim et les fleurs du Coran ( El señor Ibrahim y las flores del Corán ), adaptación de un libro de Eric-Emmanuel Schmitt protagonizada por Omar Sharif, que obtuvo por ese papel de viejo sabio almacenero el César de Mejor actor en el 2004.
Siempre en el rubro de los excluidos, el realizador se interesó también por la inmigración clandestina al contar, con gran economía de medios y diálogos, las peripecias de un joven kurdo que trata de llegar a Inglaterra ( Clandestino , 2003), con Eric Caravaca, y la vida cotidiana a veces divertida y otras menos de los inmigrantes que habitan un suburbio de París ( Aide-toi, le ciel t’aidera , 2008).
“No pretendo cambiar el mundo, pero el mundo se está partiendo en dos, y hay que tomar conciencia de ello”, declaró este realizador comprometido al presentar Clandestino en 2003 en San Sebastián.
Sin darse jamás por vencido, el cineasta aprovechó el estreno de su último filme Mon âme par toi guérie, tras cinco años de silencio, para denunciar el sistema “perverso” de financiación del cine francés y el monopolio de la televisión en la producción, en un sistema que se volvió “totalitario”.
Además de sus películas, Dupeyron también participó en el guión de Fils préféré, de Nicole Garcia, y de Un pont entre deux rives de Gérard Depardieu y Frédéric Auburtin. Se ocupó además de terminar el filme póstumo de Claude Berri, Trésor ( Un regalo para ella ), tras el fallecimiento del realizador en 2009.