Guillermo Fariñas ganó el Premio Sajarov 2010 tras desafiar al régimen cubano con una prolongada huelga de hambre de 135 días en demanda de la excarcelación de los presos políticos enfermos. Hoy habla de sus planes inmediatos y de la necesidad de vencer la represión con una disidencia unificada y pacífica.
En cuanto a la liberación de los prisioneros políticos, aún no nos sentimos del todo satisfechos pues de los 12 hermanos que no quieren abandonar el país varios están muy enfermos. Me estoy refiriendo a Pedro Aguelles Morán y a Linares García, por citarle solamente dos ejemplos. Hasta ahora, y a pesar de haber dicho que no se irán de Cuba, no han sido llevados a sus respectivos hogares.
”Nos sentiremos satisfechos cuando los 12 que restan por salir sean llevados a sus casas. Este es el objetivo táctico. El objetivo estratégico es lograr la modernización de Cuba, por lo que vamos a seguir luchando a pesar de la alegría de ver que nuestros hermanos pudieron salir del país”.
Eso depende de las autoridades cubanas y de las acciones represivas que tomen. Recuerde que hay actos de represión que son intolerables, tales como el asesinato de Orlando Zapata Tamayo.
La huelga de hambre es un último recurso cuando alguien está desesperado por el sistema político y social que lo oprime. Es preferible, si somos realmente pacíficos y no violentos, poner nuestra integridad física en juego en lugar de recurrir a actos violentos y a daños físicos en contra de nuestros adversarios políticos.
”Creo que esa es la esencia de nuestra lucha: demostrar que nuestras ideas son tan fuertes y que nuestras convicciones son tan arraigadas que estamos dispuestos a dar la vida por ellas”.
Yo no espero ninguna apertura política por parte de esta generación de gobernantes que está en el poder desde hace 52 años. Creo que la concesión política va a venir a mediano plazo, en unos tres o siete años, por parte de los sucesores de esta generación.
“A nosotros nos corresponde educar a la ciudadanía acerca de cómo obtener concesiones sin recurrir a la violencia y tomar este intermedio para aglutinar a la mayor cantidad de opositores pacíficos posible, porque ahora, con un millón y medio de desempleados en las calles, aumentará el número de opositores al Gobierno”.
Sí. Yo no veo esto como algo tan espontáneo. Creo que al igual que el Gobierno cubano hizo guerrillas espúreas para dividir a los combatientes violentos de los sesenta, también ha creado figuras políticas disidentes totalmente falsas con las que nunca se podrá llegar a ningún tipo de acuerdo de unidad. Independientemente del prestigio que le haya dado el mismo Gobierno a estas personas, cada día van a ser menos porque todos comprenden, desde el opositor que no se manifiesta hasta el que habla públicamente, que la clave es la unidad y quien no se atenga a esta consigna va a ser barrido por la historia y por la propia ciudadanía.
Considero cualquier reconocimiento a mi persona como un logro para la oposición pacífica y sobre todo para el pueblo cubano, el principal opositor del régimen desde hace cinco décadas. Lo único es que la vanguardia visible somos nosotros, la oposición.
Sí. Guillermo Fariñas fue parte de la punta de la lanza que más dañó al Gobierno cubano, junto a mi hermano de lucha asesinado, Orlando Zapata, las Damas de Blanco y la huelga de hambre y sed que realicé. Pero no se puede olvidar a la disidencia cubana que apoyó la huelga ni al pueblo de la isla que planteó ideas , refutó y dio opiniones a los dirigentes, ni a la diáspora cubana y ni al exilio político y económico que jugó un papel importante en el exterior. Cabe también mencionar a los gobiernos extranjeros y parlamentos democráticos, y a la prensa en general que jugó un papel muy importante, algo que no sucedió en el caso de Zapata, de cuyo caso prácticamente no se conoció hasta su muerte. Y sobretodo, a la izquierda moderada y a alguna izquierda radical, quienes criticaron públicamente y a veces no tan públicamente al Gobierno y le dieron consejos. Creo que todos los hombres y mujeres de buena voluntad en este mundo hicieron lo posible e imposible porque se liberara a nuestros hermanos que ahora están en España y porque se trasladara a los doce que están aún por salir.
Pienso que debo continuar siendo el mismo: periodista y asesor de organizaciones políticas. O sea, toda mi participación en la oposición pacífica va a continuar siendo la misma. De todas formas, creo que si algo variase debería ser para mejorar y avanzar hacia un mayor respeto para con nuestro pueblo que es el que se merece todo. Siempre lo he dicho y me lo enseñaron de niño, que morir por la patria es vivir.