El escolar, Joseph Hall, tenía 10 años en el momento del homicidio, en el que disparó a su padre, Jeff Hall, en la cabeza en la madrugada del 1°. de mayo de 2011 mientras dormía, borracho en el sofá. El niño usó un revolver .357 que pertenecía a su progenitor.
“El menor sabía que lo que hizo estaba mal”, dijo el juez, Jean Leonard, del tribunal superior del condado de Riverside, al este de Los Ángeles. Añadió ue Hall planeó el ataque luego de que su padre amenazó con acabar con su matrimonio y abandonar a la familia.
El juez explicó cómo, durante los dos años previos al homicidio, el padre instruyó a su hijo sobre sus actividades en una organización nacional socialista y recurría a “métodos de castigo fuera de control” cuando se portaba mal.
A pesar de la explicación, Leonard dijo que esto no minimizaba el crimen y subrayó que el menor tenía tendencias violentas desde mucho más tiempo atrás.
“El tribunal reconoce que se trataba de un menor aislado que sabía más que el promedio de niños de su edad sobre odio, armas y violencia. Desde la edad de 18 meses, él mostraba un comportamiento violento”, manifestó Leonard.
“Fue expulsado de ocho colegios. Pero no era un niño inocente que no sabía nada de la vida”, agregó el juzgador.
La sentencia se decidirá en una fecha futura no precisada.
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