This image made from amateur video from Hama Revolution 2011 and accessed by AP video Friday, July 13, 2012 purports to show bodies of victims killed by violence that, according to anti-regime activists, was carried out by government forces in Tremseh, Syria, about 15 kilometers (nine miles) northwest of the central city of Hama. Anti-regime activists in Syria said Friday that government gunners rained shells on a poor, farming village before armed thugs moved in, leaving scores of people dead in what rebels claim is one of the worst single days of bloodshed in the uprising against President Bashar Assad's regime. (AP Photo/ Hama Revolution 2011 via AP video) (Anonymous)
El Cairo. EFE. La masacre de unas 200 personas en la localidad siria de Tremseh, que podría ser una de las más sangrientas desde el comienzo de la rebelión en 2011, vuelve a cuestionar el efecto que la actual mediación internacional tiene en el conflicto en Siria.
Localizada en la provincia central de Hama, un feudo opositor al régimen de Bashar al-Asad, la devastada localidad de Tremseh seguía ayer cercada por las tropas gubernamentales tras la matanza denunciada por la oposición.
Tropas gubernamentales atacaron el jueves la ciudad, al echar mano de tanques y helicópteros. Damasco , eso sí, atribuyó el hecho “grupos terroristas” que dice combatir desde marzo del 2011.
La nueva masacre sobrevino en medio de un bloqueo diplomático. La elaboración de una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU sigue empantanada por el desacuerdo entre los países occidentales, que amenazan a Damasco con sanciones, y Rusia, principal apoyo de al-Asad.
Aun así, Moscú condenó en “en los términos más firmes la tragedia” y solicitó investigarla.
En declaraciones telefónicas desde Hama, el activista Abu Gazi acusó a los shabiha (sicarios del régimen) de los asesinatos y precisó que el Ejército sirio comenzó a asediar el jueves la zona, antes de bombardearla con intensidad.
Luego, Fuerzas Armadas irrumpieron en las calles y se enfrentaron a rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS), que lograron abrir vías para que la población pudiera huir, aseguró Gazi.
Otro baño de sangre. Este episodio hizo recordar la masacre de Hula, donde el 25 de mayo murieron 165 personas, muchas de ellas mujeres y niños, según la ONU.
Entonces, la comunidad internacional condenó enérgicamente la matanza y numerosos Gobiernos acordaron expulsar a embajadores y diplomáticos sirios.
En este sentido, varios grupos opositores sirios mostraron ayer su decepción por la respuesta internacional, a la que le recriminan que no detenido aún el derrame de sangre en el país.
Según la agencia oficial de noticias SANA, decenas de civiles murieron en Tremseh, así como un número indeterminado de terroristas y tres miembros de seguridad sirios.
A pocos kilómetros de la asediada ciudad, observadores de la ONU presenciaron la salida de unidades mecanizadas y helicópteros de las fuerzas sirias.
Pese a que la misión de la ONU se suspendió el 16 de junio por el deterioro de la seguridad, su jefe, el general Robert Mood, afirmó en Damasco que están listos para supervisar la situación en el terreno siempre que se garantice un alto el fuego en la zona.
Está previsto que dicha misión, compuesta por unos 300 observadores, expire a finales de la próxima semana, salvo que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas extienda su mandato.
Mood pidió al Consejo concreta un plan que cumpla con las aspiraciones de los sirios y sea aceptado por las partes.