A supporter of ruling party presidential candidate Nicolas Maduro holds a sign featuring a caricuture of the late Venezuelan President Hugo Chavez, as they wait to move to the site of Maduro's closing campaign rally in Caracas, Venezuela, Thursday, April 11, 2013.Chavez's hand-picked successor, is running against opposition candidate Henrique Capriles in the upcoming April 14 presidential election. (AP Photo/Ramon Espinosa) (Ramon Espinosa)
Caracas. AFP. El chavista Nicolás Maduro y el opositor Henrique Capriles cerraron ayer ante multitudes una agria y veloz campaña presidencial para elegir el domingo al sucesor de Hugo Chávez, justo cuando se conmemora el undécimo aniversario del golpe de Estado contra el líder.
Vestido de blanco, con la bandera tricolor de Venezuela atada al cuello, Maduro, un exchofer de bus de 50 años, fue ovacionado en Caracas por un marea roja –el color del chavismo–, antes de iniciar su discurso en el que –según había anunciado– estaría acompañado del exfutbolista argentino Diego Armando Maradona, amigo cercano de Chávez.
Capriles, abogado de 40 años y gobernador del estado de Miranda, quien compite por segunda vez por la presidencia tras perder ante Chávez en octubre, cerraba su campaña en Barquisimeto, estado Lara, también con una masiva afluencia de seguidores.
Capitalizando la herencia electoral de Chávez y con la nostalgia en carne viva de los chavistas, Maduro va a los comicios con una ventaja de 10 a 20 puntos porcentuales sobre Capriles.
Según la última encuesta de Datanálisis, realizada entre del 1.° al 5 de abril y difundida por el banco Crédit Suisse en su boletín para sus clientes, esa brecha se redujo a 9,7 puntos. La publicación de encuestas está prohibida esta semana en Venezuela .
Continuidad o cambio. La atípica campaña electoral, que abrió fuegos apenas murió el presidente el 5 de marzo y que oficialmente se inició hace diez días, no dejó dudas de que la figura del líder y todo lo que representa serán vitales.
“Nuestro gigante nos dejó un legado, estamos tristes porque murió, es irreparable, pero vamos a votar por su hijo”, aseguró, en Caracas, Flor Palacios, un ama de casa de 55 años.
A 250 km, en Barquisimeto, mientras esperaba la llegada de Capriles entre la multitud, Marco Galindo afirmó que llegó la hora del cambio: “Es la hora, el tiempo de Dios es perfecto y nos dio otra oportunidad; Capriles ahora está mucho más preparado y podrá vencer a Maduro”, dijo el estudiante de Ingeniería de 25 años.
En momentos en que se cierra la campaña, la conmemoración del golpe de Estado que alejó del poder a Chávez por 48 horas, ha sido aprovechada por Maduro para acusar a su adversario de pertenecer al mismo grupo de “golpistas”.
Conscientes de los problemas de inseguridad, escasez e inflación que agobian a los venezolanos, los candidatos prometieron aumentos salariales de alrededor del 40% y atacar la criminalidad.
Pero la campaña, en la que se han cruzado denuncias de complot por parte del chavismo y temores de fraude electoral por parte de la oposición, ha estado marcada principalmente por la exaltación de los símbolos.
En el arranque oficial de la campaña, Maduro, quien llega a los mítines conduciendo un autobús, narró en la casa natal del presidente que estaba orando cuando se le apareció Chávez en forma de pajarito y silbó como dándole la bendición.
Aunque la imagen fue motivo de burla de Capriles y la oposición, Maduro, como aprendió de su mentor, revirtió la mofa y llega a los actos silbando como un pájaro y hasta llevando un sombrero de paja como nido de un ave.
Capriles se presenta como un joven moderado y ha evitado mencionar a Chávez, pero enfiló en la campaña las baterías contra su rival, a quien llama “mentira fresca” y “enchufado” (favorecido).