Vladivostok, Rusia. AFP. El presidente de Perú, Ollanta Humala, aseguró ayer que cumple una a una sus promesas electorales y no entiende por qué lo critican tanto y cae en los sondeos de opinión.
“No sé por qué me critican tanto”, expresó ayer mientras participó en la XX Cumbre de Líderes del foro económico del Asia-Pacífico (APEC) tras detallar las promesas que ha puesto en marcha en un año de gobierno en que ha cambiado tres veces de gabinete.
“El juego de la democracia es así: hay un gobierno y una oposición, aceptamos todas las críticas, no me corro a ninguna, pero tengo el derecho de descargar esas críticas, soy una figura pública y me pueden criticar hasta por mi forma de sentarme y todos tienen derecho a criticarme porque soy político”, se defiende.
Sin embargo, pese a los conflictos mineros que han marcado su primer año en el Ejecutivo y su caída en los sondeos, la economía refleja una excelente salud, con un crecimiento del 7% en los dos últimos meses y una media anual del 6% desde hace diez años.
“No se puede cantar victoria, pero estamos creando confianza”, sostiene el presidente para quien el asunto de fondo no es el crecimiento económico.
“El problema es si el Perú, como país exportador, al igual que la mayor parte de los países latinoamericanos, puede hacer un salto hacia una economía industrializada y desarrollada con ese modelo de desarrollo extractivo primario”, señaló el político.
“Y en lo personal, mi opinión es que no, porque el país necesita un cambio tecnológico y una política para diversificar la economía, porque no se pueden poner todos los huevos en una sola cesta”, declaró Humala quien dice fortalecer actividades como la agroexportación, la agroindustria y las industrias nacionales.
En el campo de la minería, donde desde su llegada los conflictos crecieron, Humala aduce que se deben a que el país tiene “una minería del siglo XXI que cohabita con una minería del siglo XIX”.
La economía peruana depende en gran medida de la minería. El país es el quinto productor mundial de oro y centra el 40% de la producción del metal Latinoamericano. La minería ilegal aporta casi el 22% de la producción.