A lo largo del tiempo, Panamá no colocó todos sus huevos solamente en la canasta del Canal.
La ley de sociedades anónimas, el Centro Bancario Internacional y la Zona Libre de Colón, son ejemplos de otras actividades que muestran un gran nivel de actividad económica.
El sistema de sociedades anónimas data de 1927 y ha sido modificado y actualizado en varias oportunidades para mantenerlo vigente con el paso del tiempo y evitar que capitales relacionados con actividades ilícitas, como el narcotráfico, se instalen.
El Estado cobra $250 anuales por mantener una compañía activa y miles de firmas del planeta están asentadas en suelo panameño.
El Centro Bancario Internacional se desarrolla a partir de la ley de bancos de 1970, gracias a la cual se produce la llegada de capitales de varias entidades internacionales, dedicadas principalmente al financiamiento en Latinoamérica.
Como resultado también, 60 instituciones de todo el hemisferio tienen sus oficinas regionales allí.
Comercio. La Zona Libre de Colón fue creada en junio de 1948 como una institución autónoma del Estado. Tiene una extensión de 240 hectáreas y es la segunda más grande del planeta.
La idea de ese espacio se estudiaba desde mucho antes, pero la Segunda Guerra Mundial congeló los planes por varios años.
Hoy están instaladas allí más de 1.750 empresas y recibe unos 250.000 visitantes al año.
Decenas de empresas de electrónica, farmacéuticas, ropa, zapatos, muebles y juguetes de todo el planeta tienen sus distribuidores para Latinoamérica en ese lugar.
El principal atractivo es su posición, a las puertas del Canal, que le permite hacer envíos desde ambas costas del país.
Edwin Cabrera, analista político del diario La Prensa , indicó que cada año la Zona Libre genera transacciones por más de $30.000 millones, y ese lugar se ha convertido en un centro de redistribución clave para toda la región latinoamericana, hasta el extremo de que Panamá tiene el movimiento portuario más grande del subcontinente, mayor inclusive que naciones como México y Brasil.