Fundador de la Federación Internacional del Derecho a la Vida, Willke murió el viernes.
El activista dejó de asistir partos a finales de la década de 1960 con el fin de dedicarse de tiempo completo al movimiento antiaborto, para lo que se retiró de la práctica médica en 1988. Participó en protestas y audiencias en el congreso y salía con frecuencia en la TV nacional.
En un comunicado, el procurador general de Ohio, Mike DeWine, describió a Willke como un “líder mundial en el movimiento del derecho a la vida”.
Otros médicos y activistas a favor del derecho al aborto acusaron a Willke de ignorar los hechos y la ciencia, en particular con sus puntos de vista sobre la violación y el embarazo.
El representante federal Todd Aiken, de Misuri, suscitó las críticas de sus correligionarios republicanos y fracasó en su búsqueda de una banca del senado en 2012 debido a declaraciones que reflejaban las posturas de Willke.
“No hay mayor trauma emocional que pueda experimentar una mujer que una violación”, escribió Willke en 1999 en la revista Christian Life Resources.
“Una violación puede alterar radicalmente en una mujer la posibilidad de ovulación, fertilización, implantación e incluso hacer propicio un embarazo”, había dicho Willke.