Si de tendencias en acabados se trata, el porcelanato encabeza la lista de los tipos de piso más buscados, pues destaca por atributos como la belleza, la versatilidad y la durabilidad.
Se trata de un material preparado con cerámica de gran calidad, la cual es sometida a un tratamiento de alta temperatura y presiones de compactación superiores a las utilizadas en la producción de cerámicas convencionales.
El sitio www.mundoarquitectura.org explica que el proceso mediante el cual se elabora el porcelanato lo convierte en un producto muy resistente. "Por ello, es ideal para pisos de alto tránsito y para zonas donde se requieran las más rigurosas especificaciones técnicas de dureza, alta resistencia, baja porosidad y mínima absorción de agua, todo esto unido a unas excelentes cualidades estéticas".
De acuerdo con el portal web, en el caso de las viviendas, estos pisos resultan ideales para zonas como la cocina, los baños y las puertas de entrada.
"Hay una gran variedad de modelos. Destaca el porcelanato opaco o semirústico, ideal para exteriores, terrazas, patios o zonas donde es más apropiado un revestimiento mate que uno brillante", amplía la información.
La acumulación de suciedad y la mugre son casi inexistentes debido a que las baldosas de porcelana resisten muy bien la humedad. Es resistente a las manchas y requiere poco mantenimiento, solo cuidado y limpieza mínimos.
Otras ventajas
Oscar Madrigal Rojas, de Pisos Cerámicos San Ramón y quien cuenta con amplia experiencia en este campo, comentó que el porcelanato es de gran beneficio a largo plazo para los propietarios de viviendas.
"La limpieza, el mantenimiento, una sustitución o reparación no son tan frecuentes como con otros productos", comentó.
El especialista agregó que, por su acabado y textura, este tipo de piso se adapta a cualquier diseño de interiores.
"Las piezas grandes hacen ver menos líneas de división en el espacio, lo que favorece que se vea el piso más homogéneo y con menos juntas", indicó.
Sobre los cuidados básicos, Madrigal recomendó utilizar agua y un producto suave de limpieza, preferiblemente un material de tipo neutro.
"Evite hacer uso de productos sin conocer su composición química. En el mercado se consiguen limpiadores especialmente desarrollados para porcelanato, los cuales sirven para limpiar tanto la superficie como las juntas. No se recomienda la utilización de limpiadores a base de aceite, ácido o jabón", aseguró.
También aconsejó evitar el empleo de cepillos o espátulas metálicas, pues estos artículos pueden rayar la superficie, dejando un rastro difícil de eliminar.