La Gran Mezquita de Djenné, situada en el centro de Mali, en África, es en este momento el inmueble de barro más grande que existe en el orbe. El templo musulmán está consignado en los libros de los Guinness Récords.
De acuerdo con una publicación de la BBC, los materiales que se utilizaron para su construcción fueron ladrillos (de barro) cocidos al sol, así como arena y una mezcla de barro y yeso. El barro, en sí, es un material poco usual para edificaciones en el mundo occidental.
La estructura, que según los Guinness Récords tiene 100 metros de largo y 40 metros de ancho, ha sido reconstruida dos veces.
La primera mezquita fue levantada en el siglo XIII (entre 1201 y 1300), publicó el autor Jean-Louis Bourgeois en su libro La historia de las grandes mezquitas de Djenné.
En el texto Mali (una guía de viajes), el periodista Ross Velton narra que al inmueble -de 18,5 metros de altura- se le conoce también como mezquita de Konboro, quien fue el vigésimo sexto gobernante de la ciudad. El espacio fue edificado a su solicitud, tras convertirse al islam. Él decidió derribar su palacio y levantar en su lugar la mezquita.
Al final, la estructura cayó en ruinas luego de ser abandonada.
La segunda mezquita se levantó entre 1834 y 1836 y la que está erigida actualmente se construyó entre 1906 y 1907 cuando Mali era una colonia de Francia, revela el libro de Bourgeois.
Patrimonio de la humanidad
Según un artículo de The New York Times, el arquitecto Ismaila Traoré supervisó la reconstrucción de 1906 y empleó materiales tradicionales, que incluyen palmas de troncos que están incrustados en la fachada del centro religioso.
En 1988, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) declaró a la mezquita, junto con el casco antiguo de Djenné como patrimonio de la humanidad.
De acuerdo con esta organización, la arquitectura de Djenné se caracteriza por su verticalidad y por el uso de la tierra.
El periodista Velton detalla en su guía de viajes que el diseño exterior es de estilo sudanés y que los palos de madera que posee -mencionados previamente- no solo son decorativos, sino que también sirven de apoyo para cuando deben hacerse reparaciones.
Todos los años –en mayo- a la mezquita se le da mantenimiento para evitar que la estructura se dañe a raíz de las lluvias u otros eventos climáticos. Se realiza un festival denominado La fete de crepissage en el que participa toda la comunidad, bajo la supervisión de albañiles expertos.
En principio, personas que no sean musulmanas no están autorizadas a ingresar al centro religioso. Se dice que ello sucedió desde que una popular revista de moda utilizó la estructura para la toma de fotos a modelos en prendas reducidas.
Sin embargo, es posible la entrada si se paga determinada suma, afirma Velton en su libro.