Viena (AFP). Por primera vez, la poderosa Iglesia católica austriaca sancionó a uno de los sacerdotes firmantes del "Llamamiento a la desobediencia" lanzado el 28 de junio de 2011 por un grupo de eclesiásticos austriacos por iniciativa sobre todo del padre Helmut Schuller.
Dicho llamamiento, en el que sacerdotes y laicos reivindican una "reforma de la Iglesia", que incluya para quienes lo deseen el fin del celibato de los sacerdotes y el acceso de la mujer al sacerdocio, ha recabado más de 3.100 firmas.
"El rechazo romano de una reforma de la Iglesia desde hace tiempo indispensable y la inercia de los obispos no solo nos permite, sino que nos obliga a seguir nuestra conciencia y actuar de forma independiente", declaran los firmantes del "Llamamiento de la desobediencia".
Enfrentado a fuertes y notorias presiones del papa Benedicto XVI y del Vaticano, el cardenal arzobispo de Viena y presidente de la conferencia episcopal austriaca, Christoph Schönborn, convocó el 11 de junio al decano de la parroquia de Piesting, cerca de Viena, provincia de Baja Austria, y le conminó a retirar su nombre del "Llamamiento a la Desobediencia" o renunciar a sus responsabilidades.
El decano, Peter Meidinger, ha preferido mantenerse fiel al llamamiento y en consecuencia dimitió de su cargo, tal como declaró a la agencia austriaca APA.
"Durante la entrevista, tuve la convicción de que veinte años de servicio en el seno de la Iglesia católica como decano, vicario y mando diocesano no han bastado para conservar la confianza del arzobispo", estimó Peter Meidinger. "Ante la disyuntiva de renunciar a mi función o a la iniciativa de los sacerdotes, me he pronunciado a favor de la iniciativa porque esta propuesta me pareció amoral e incompatible con mi conciencia".
El portavoz del cardenal arzobispo, Michael Pruller, confirmó la iniciativa de la jerarquía católica: "La obligación de un decano de velar por que reine el orden en su deanato es incompatible con un llamamiento a la desobediencia", declaró. Sin embargo, puntualizó, Peter Meidinger sigue siendo sacerdote.
Este "Llamamiento a la desobediencia" ha tenido gran repercusión no solo en Austria, también el mundo, con el apoyo sobre todo del movimiento católico laico Somos Iglesia.
En consecuencia, el 5 de abril, en su mensaje del jueves pascual, el papa Benedicto XVI había amonestado explícitamente a los sacerdotes contestatarios austriacos, lo que condujo al cardenal arzobispo de Viena, que se había reunido dos veces con el impulsor de la disidencia, el padre Helmut Schuller, a pedir sin éxito la retirada del "Llamamiento a la desobediencia".