Buenos Aires. (AFP). Una huelga de tres días del sindicato de camioneros daña en Argentina el abastecimiento de combustibles y ahonda el conflicto entre la presidenta Cristina Fernández y el líder de la central obrera peronista CGT, Hugo Moyano, a quien el Gobierno intenta desplazar del puesto.
Los camioneros, controlados por Moyano, iniciaron este miércoles la medida de fuerza en reclamo de mejoras salariales, pero en el contexto de un enfrentamiento político con Fernández; que crece día a día.
“La presidenta ha adelantado la vuelta (de la cumbre de la ONU Rio+20) por esta actitud de paro salvaje que demuestra desprecio por millones de argentinos”, dijo el ministro del Interior, Florencio Randazzo, en rueda de prensa.
La noche del miércoles, “efectivos de la Gendarmería (policía militarizada) están garantizando la normal distribución (de gasolinas) y ya liberan zonas que estaban bloqueadas (por camioneros)”, expresó en rueda de prensa el secretario de Seguridad, Sergio Berni.
Al terminar el acto oficial por el Día de la Bandera en Rosario, 300 km al norte, Randazzo evitó precisar cuándo retornará la mandataria desde Rio de Janeiro y advirtió que “no es concebible estar en paritarias (con las patronales) en plena negociación por salarios y hacer huelgas sorpresivas”.
“Vamos a iniciar acciones penales” contra los huelguistas, anticipó Randazzo.
Moyano había sido un aliado táctico de los gobiernos peronistas del fallecido expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) y de su esposa, Cristina Fernández (2007-2011, reelegida hasta 2015), hasta que se supo la intención oficial de reemplazarlo.
La mandataria formó este año una nueva coalición de sindicalistas afines en el seno de la CGT con el propósito de impedir la reelección de Moyano en un congreso obrero a realizarse en julio y propiciar la candidatura de otro peronista, el líder de los metalúrgicos Antonio Caló.
La CGT, central mayoritaria con ocho millones de afiliados, parece encaminarse así hacia una ruptura en dos sectores o bandos, uno vinculado a Moyano y otro a Caló.
En reacción, el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), la patronal más grande del país, José de Mendiguren, declaró que “si la CGT se rompe, el panorama es más difícil”.
La economía local se encuentra en franca desaceleración por el impacto de una crisis mundial cada vez más profunda. La consultora Bein y Asociados redujo de 3% a 2,5% la proyección de crecimiento para este año, sujeta a que Europa se estabilice y Brasil arranque.
“Están paralizados camiones en las destilerías. Y muchos efectivos de Gendarmería y Prefectura (policías militarizadas) están apostados al fondo del Polo Petroquímico de Dock Sud (periferia sur)”, dijo en rueda de prensa un vocero del sindicato, Marcelo Aparicio.
"Si hay represión, vamos a llenar la Plaza de Mayo (frente a la Casa de Gobierno)", dijo Aparicio.
El Sindicato de Camioneros, con 250.000 afiliados, negocia salarios en las comisiones paritarias que integran gremios y patronales en el Ministerio de Trabajo, pero su reclamo de 30% de aumento fue rechazado.
La Federación de Entidades de Combustibles de Buenos Aires (Fecoba) advirtió que este jueves podría verse forzada a cesar el abastecimiento.