“El M5S no votará la moción de confianza al Partido Democrático (PD), ni a otros”, dijo Grillo, humorista y líder del M5S, cuyos representantes electos están muy solicitados a falta de una mayoría en el Senado. Grillo repitió que su movimiento, que cuenta con 109 diputados y 54 senadores, “votará las leyes que reflejen su programa, sin importar quién las proponga”.
Estas declaraciones se producen en un momento en que una de las hipótesis que se barajaban para sacar a Italia de la parálisis política sería un gobierno de izquierda mayoritario en la Cámara y minoritario en el Senado, que se beneficiaría de un apoyo caso por caso de los representantes del Movimiento 5 Estrellas (M5S).
“Bersani nos acosa políticamente. Desde hace días, importuna al M5S con propuestas indecentes en vez de dimitir, como lo haría cualquiera en su lugar”, escribió Grillo en su blog en respuesta a un gesto de apertura de Bersani.
Este último hizo referencia a un programa de mínimos que contendría propuestas de ley cercanas al M5S como el recorte de los gastos políticos (número de representantes, financiación de los partidos) y medidas para los parados y trabajadores precarios.
Bersani respondió, por medio de un comunicado, al ataque de Grillo. “Lo que Grillo tenga que decirme, incluidos los insultos, lo quiero escuchar en el Parlamento. Es ahí donde cada uno asumirá sus propias responsabilidades”.
Este impasse político no impidió que Italia superara su primer examen de confianza en los mercados con una emisión de deuda.
El Tesoro italiano colocó 6.500 millones de euros de deuda pública a medio y largo plazos, el máximo previsto, ofreciendo las tasas de interés más altas desde octubre. La demanda fue robusta, lo que demuestra que los inversores confían de momento en la deuda italiana.