El retorno a la lista de naciones que ostentan el grado inversor "es tan sólo un eslabon en lo que se refiere a las señales que (Uruguay) ha gestado y puede seguir gestando para mejorar su reputación, su credibilidad y el respeto que nos hemos ganando en buena ley", dijo el funcionario en un evento organizado por la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM).
A principios de abril, Standard and Poor's (S & amp;P) subió la nota de la deuda soberana nacional de "BB+" a "BBB-", otorgándole así el grado inversor mínimo que había perdido en 2002, cuando Uruguay estaba inmerso en una de las peores crisis financieras de su historia reciente.
Por su parte, la calificadora Fitch mejoró este martes la perspectiva de la deuda soberana del país sudamericano de "estable" a "positiva", pero la nota de deuda uruguaya se mantiene en "BB+", en el territorio especulativo, mismo nivel que le otorga Moodys.
"Hubiera sido inexplicable transitar hacia recobrar la calificación crediticia que el país tiene hoy si no tuviéramos una economía en crecimiento y con perspectivas para la continuidad" de dicha expansión, comentó Lorenzo.
Con el 5,7% de crecimiento que registró el año pasado, Uruguay -cuya economía se basa en el sector agropecuario y el turismo- cerró nueve años consecutivos de expansión.
A su vez, el gobierno uruguayo y analistas económicos coinciden en proyectar una evolución de la economía para este año del entorno del 4%.
Lorenzo cuestionó públicamente en reiteradas ocasiones la postura de las calificadoras de mantener a Uruguay por debajo del grado inversor, pese a la evolución de su economía y a la desdolarización de la deuda pública que desde la llegada al poder de la izquierda, en 2005, el país ha implementado.