Bengasi.
El gobierno provisional libio, dirigido por Abdalá al Theni, que no tiene una autoridad real en un país controlado por las milicias armadas, presentó su renuncia al Parlamento electo la noche de este jueves.
Este gobierno, instalado en el este del país para escapar a la presión de las milicias con muy fuerte presencia en la capital Trípoli, comunicó "haber presentado su dimisión al Parlamento electo" que mantiene sus reuniones por los mismos motivos en Tobruk, ubicada a 1.600 kilómetros al este de la capital.
El renunciante espera que el parlamento, al que considera como la única autoridad legítima del país, forme un nuevo gobierno que "represente a todas las categorías del pueblo libio y que sea capaz de reestablecer la seguridad y construir un Estado de derecho".
Un gobierno con estas características y potestades es lo deseado por la comunidad internacional, muy inquieta por la situación caótica en este país.
El gobierno saliente denunció la intención de los milicianos, en su mayoría islamistas, de querer instaurar un gobierno alternativo en Trípoli tras haber convocado a la Asamblea también saliente y al Consejo General Nacional (CGN), cuyo mandato teóricamente expiró con la elección, el 25 de junio, del nuevo parlamento.
"Es un acto de rebelión contra la legitimidad representada por el Parlamento, que ha sido reconocido por la comunidad internacional", subrayó el gobierno renunciante.
El pasado 13 de agosto, el Parlamento solicitó una intervención inmediata de la ONU para proteger a los civiles ante el continuo deterioro de la seguridad en Trípoli y Bengasi.
Esa decisión causó una gran polémica en las calles por parte de manifestantes islamistas, que no representan la mayoría de los asientos en el Parlamento.
Las mismas milicias islamistas acusaron ayer al Parlamento de ser cómplice con el Gobierno provisional de ataques que, según ellos, fueron lanzados por Egipto y los Emiratos Árabes Unidos contra sus posiciones en Trípoli.
Desde la caída del antiguo régimen de Muamar al Gadafi, en 2011, las autoridades provisionales han fracasado en su objetivo de restablecer el orden y la seguridad en el país.