El uso de armas químicas en Siria en agosto estuvo a punto de justificar una intervención militar de Estados Unidos como castigo, situación que hábilmente Rusia logró frenar. Sin embargo, pasados los días no se logra determinar quién provocó el ataque y la consecuente muerte de más de 1.300 personas. Y será muy difícil llegar a saber quién fue.
Al menos así lo analiza Sergio Moya, coordinador del Centro de Estudios de Medio Oriente y Norte de África de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional. Para él, esa es solo una cara de una moneda que al otro lado muestra una enconada guerra que ya ha cobrado más de 120.000 víctimas, según las últimas cifras de las Naciones Unidas (ONU).
Con miras a las negociaciones de paz, conocidas como Ginebra II, que se iniciarán en noviembre, Moya ve bien que se den pasos positivos hacia la destrucción de las armas químicas en poder del gobierno sirio, pero lamenta que continúe el proceso de guerra civil en el que sigue muriendo gente “sin que hasta el momento se vislumbre una posibilidad de corto o mediano plazo para que termine”.
Moya habló con este medio esta tarde; el siguiente es un resumen de su perspectiva acerca del conflicto en Siria.
-¿Cómo analiza el conflicto que vive Siria en este momento?
-Hay que distinguir entre el proceso de desactivación de las armas químicas que se inició a partir de un acuerdo auspiciado por Rusia para que no se diera un ataque de parte de Estados Unidos y sus aliados contra Siria, como castigo por el supuesto uso de armas que hizo el gobierno en agosto.
Estuvimos a punto de tener una intervención militar de Estados Unidos como castigo y eso en una jugada diplomática muy hábil. Los rusos propusieron que el gobierno de Bashar al-Asad eliminara armas químicas, y el secretario de Estados Unidos, John Kerry, estuvo de acuerdo y eso descarriló temporalmente el ataque.
Ese proceso sigue adelante y ha generado reconocimiento y halago de Estados Unidos hacia la política del gobierno sirio en este proceso de destrucción de las armas químicas, pero eso habría que dejarlo de lado a lo que es el desarrollo de la guerra civil que continúa. Es un panorama complejo porque la oposición está dividida entre la oposición política y la oposición armada.
-¿Por qué no se lleva a Bashar al-Asad ante los tribunales si la ONU?
-Se sabe que hubo un equipo de Naciones Unidas que se había desplazado a Siria antes del ataque, lo que ya es un poco sospechoso, y ese cuerpo determinó es que sí hubo un ataque, pero ningún órgano, al menos de Naciones Unidas, ha concluido que fue el gobierno.
Estados Unidos y un sector de la prensa internacional dice que el gobierno sirio fue el responsable del ataque, pero yo creo que pudo bien haber sido alguno de los grupos de oposición con el ánimo de inculpar al gobierno.
-¿Se sabrá en algún momento quién realizó el ataque?
-Es posible que nunca lo sepamos con certeza. Yo no descarto que pudo haber sido el gobierno, lo que pasa es que no habría sido una jugada estratégica muy lógica porque el gobierno en ese momento estaba ganando el conflicto militar y no era necesario recurrir a un tipo de armas como estas que tienen un impacto tan fuerte en la opinión pública e internacional. Habría sido un accionar estratégico muy contraproducente.
-¿Existe alguna garantía de que en Siria no se vuelvan a dar este tipo de ataques?
-No la hay, porque introducir y operar este tipo de armas no es algo tan difícil, y ahorita el conflicto en Siria es un conflicto internacional por la gran cantidad de actores regionales e internacionales que están involucrados , muchos de ellos enviando armas tanto al gobierno como a grupos rebeldes. No hay condiciones para que alguien pueda certificar que esto no se va a repetir
-¿Por qué Estados Unidos y Europa se sienten tan legitimados para intervenir en otras zonas del mundo al margen de los organismos internacionales?
-Porque en el caso de Estados Unidos nunca ha sido para ellos prioridad la ley del Derecho Internacional Público por encima de los que ellos consideran sus intereses nacionales. Este es en última instancia el criterio que determina por qué interviene en cualquier parte del mundo: porque estiman que sus intereses estratégicos están en juego aunque implique violentar el derecho internacional.
-¿Las reservas de gas en Sira afectan el conflicto?
-Hay reservas pero no tienen una importancia estratégica vital. Siria no tiene el gas que tienen Irán o Qatar, que son los grandes productores a nivel mundial. La importancia estratégica de Siria estriba en que, por su ubicación geográfica, es una zona de paso para sacar el gas que viene del Golfo Pérsico, que es donde están los principales yacimientos.
-Sobre las negociaciones de paz planeadas para este mes, ¿qué cree que resultará?
-Hasta el momento falta definir plenamente el panorama. No auguraría un avance sustancial, sobre todo porque quienes estarían determinando buena parte del desarrollo militar del conflicto no van a participar. Los sectores más dinámicos, más poderosos y eficaces de la oposición armada que conforman una alianza de 19 grupos islamistas han dicho que no van a participar en la conferencia.
No está claro hasta qué nivel va a participar el gobierno, entonces lo que eventualmente puede tener ahí es una reunión en la que los actores fundamentales no van a estar. Si no van a estar los actores principales no se puede esperar el camino a una salida política diplomática, pero faltan 20 días y algo podría pasar.