Cleveland. AP. El hombre acusado de mantener cautivas a tres mujeres durante una década aterrorizaba a la madre de sus hijos, encerrándola, golpeándola y torturándola psicológicamente antes de que su relación se desintegrase, dijeron los familiares de la mujer.
Varios parientes de Grimilda Figueroa, que abandonó a Ariel Castro hace años y murió en 2012 después de una prolongada enfermedad, trazaron un retrato aterrador sobre la vida con Castro mientras las autoridades hacían públicos los detalles de los abusos sufridos por las otras mujeres cautivas.
Los familiares describieron a Castro como “un monstruo” que abusaba de su esposa y encerraba a su familia dentro de la casa. La revelación contrasta con las versiones de algunos familiares de Castro y un vecino, que consideraban al exchofer de un autobús escolar como un hombre feliz y respetuoso.
Los familiares de Figueroa dijeron que Castro la golpeaba salvajemente, la arrojó desde la parte superior de unas escaleras, le fracturó la nariz y le dislocó un hombro. Su hermana, Elida Caraballo, dijo que Castro una vez empujó a su mujer dentro de una caja de cartón y cerró las tapas.
Castro, para asustar a su esposa, mantenía un maniquí al que había colocado una peluca oscura y algunas veces conducía por el vecindario con él. “Me amenazó muchas veces con él”, dijo Ángel Caraballo, sobrino de Castro.
Los fiscales dijeron el jueves que podrían solicitar la pena de muerte para Castro después que la Policía lo acusó de haber embarazado a una de sus cautivas por lo menos cinco veces y hacerla abortar, haciéndola pasar hambre y dándole puñetazos en el estómago.
La Policía también dijo que una de las mujeres, Amanda Berry, fue obligada a dar a luz en una piscina infantil de plástico.
Una muestra de ADN de Castro fue remitida el jueves a los investigadores estatales y los exámenes, confirmaron que el sospechoso es el padre de la niña de seis años rescatada de la casa.