Según este periódico, una mejor comprensión por la CIA de los elementos que componen el frente insurgente y la experiencia acumulada sobre el terreno con la entrega de ayuda humanitaria han facilitado la decisión del Gobierno de Washington, anunciada el jueves, de proporcionar ayuda militar directa a la oposición que combate contra el régimen de Bashar al-Asad.
“Hoy tenemos relaciones en Siria que no teníamos hace seis meses”, aseguró Benjamin Rhodes, asesor adjunto de seguridad nacional del presidente de EE.UU., Barack Obama, citado por el diario.
Gracias a ello, en estos momentos Estados Unidos está en disposición no solo de entregar material bélico en el interior del país, sino de hacerlo llegar “a las manos correctas”, añade la fuente.
Desde que se planteó la cuestión de la ayuda militar a los rebeldes, EE.UU. ha mantenido una actitud de suma cautela, por el temor a que las armas acabaran en manos de extremistas islámicos o grupos terroristas que decidieran empuñarlas contra Washington o cualquiera de sus aliados en la zona, especialmente Israel.
Pero la CIA ha logrado en los últimos meses un conocimiento más fiable del “rompecabezas” sirio.
El Post aseguró incluso que la decisión de Obama de armar a los rebeldes es anterior a la supuesta constatación, por parte de los servicios de inteligencia estadounidenses, de que el Ejército sirio ha utilizado armas químicas en varias ocasiones contra sus oponentes.