Decenas de miles de brasileños se volcaron a las calles para exigir servicios públicos de calidad y denunciar los gastos del Mundial de Fútbol del 2014, pese a una ola generalizada de rebajas del precio del transporte, cuyo aumento desató la protesta.
Río de Janeiro. AFP y EFE. Decenas de miles de brasileños se volcaron a las calles de unas 100 ciudades del país para exigir servicios públicos de calidad y denunciar los gastos del Mundial de Fútbol del 2014, pese a una ola generalizada de rebajas del precio del transporte , cuyo aumento desató la protesta.
A su vez, la presidenta Dilma Rousseff canceló el viaje que tenía para la semana próxima a Japón debido a la convulsión social que vive el país suramericano.
En Salvador de Bahía, la Policía disparó gases lacrimógenos y balas de goma contra parte de los 20.000 manifestantes, concentrados a 2 kilómetros del estadio donde jugaban Nigeria y Uruguay por la Copa Confederaciones. Ellos tiran piedras para intentar traspasar una barrera policial.
Al menos un manifestante fue herido por una bala de goma, y también hubo un policía herido.
“La gente en Salvador tiene la sangre caliente, van a matar a alguien”, dijo el manifestante Paulo Roberto tras la acción policial.
Por primera vez, algunos sindicatos, organizaciones de la sociedad civil y partidos políticos –incluido el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda, gobernante) y la Unión Nacional de Estudiantes (UNE)– declararon su intención de unirse a las marchas. Pero en São Paulo, miembros del PT fueron recibidos hostilmente por los manifestantes, que les gritaban “¡Oportunistas!”.
Según cálculos de la Universidad Federal de Río de Janeiro, unas 300.000 personas se manifestaron ayer frente a la Alcaldía de la ciudad carioca.
Descontento desenfrenado. “La tarifa de autobús es el detonador de un movimiento sin líder, pero esto no quiere decir que no tengamos una dirección por seguir”, declaró Carolina Silva, funcionaria de Petrobrás, de 35 años.
En la capital, Brasilia, los quejosos marcharon hasta el Congreso y luego al palacio de la Presidencia, cantando: “Soy brasileño con mucho orgullo”. La Policía frenó su paso con barreras de seguridad.
Las capitales estatales de Curitiba, Natal, Belo Horizonte y Campo Grande anunciaron rebajas en el transporte público, siguiendo a São Paulo, Río, Porto Alegre, Cuiabá, Recife y João Pessoa.
“Ya tuvimos una victoria, pero buscamos lograr el pase libre. São Paulo tiene dinero para transporte gratuito”, afirmó Carolina Piñones, estudiante de 26 años que se manifestaba en la metrópoli.
Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expresó ayer su preocupación por agresiones a quejosos y periodistas. El Estado “debe garantizar y proteger la integridad física de todos”, según su comunicado.