DAMASCO (AFP). El nuevo emisario internacional Lajdar Brahimi comenzó hoy su primera visita a Siria y subrayó que la crisis en el país se “está agravando”, tras 18 meses de devastador conflicto.
La violencia dejó este jueves 57 muertos, de los cuales 36 eran civiles, según un balance provisional del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que informó de bombardeos en los bastiones rebeldes y de encarnizados combates, especialmente en Alepo (norte), donde los insurgentes avanzaron hacia el centro de la ciudad.
A su llegada al aeropuerto de Damasco, Brahimi, que sucedió en el cargo el 1 de septiembre a Kofi Annan, tras su dimisión, calificó de “grave” la crisis que sacude Siria y añadió: "Creo que se está agravando”, según las declaraciones ofrecidas por la agencia oficial Sana.
“Creo que todo el mundo está de acuerdo en subrayar la necesidad de detener el derramamiento de sangre (...) y esperamos conseguirlo”, añadió.
Durante su visita, el emisario debe reunirse con el presidente Bashar al Asad.
Brahimi debía entrevistarse este jueves con el jefe de la diplomacia, Walid Mualem, y se reunirá también con los miembros de la oposición en el interior, tolerada por el régimen, según el portavoz del emisario, Faisal Meqdad.
“Confiamos en que Brahimi comprenda el desarrollo (de la crisis) y la manera de solucionar los problemas a pesar de las complicaciones”, afirmó el viceministro sirio de Asuntos Exteriores, Faisal Meqdad, al dar la bienvenida a Brahimi en un hotel de Damasco.
“Somos optimistas y deseamos a Brahimi todo el éxito posible”, añadió el responsable sirio.