Un mes después del comienzo de la intervención de la coalición internacional en Libia, el 19 de marzo, la situación es dramática en varias ciudades del oeste del país.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) anunció la apertura de un primer corredor humanitario en el oeste para asistir a miles de personas atrapadas en medio de los combates y muchas de las cuales tratan de huir.
En dos meses, el conflicto ya ha dejado 10.000 muertos y 55.000 heridos, afirmó el ministro italiano de Relaciones Exteriores, Franco Frattini, al citar al jefe del Consejo Nacional de Transición (CNT) libio, Mustafá Abdeljalil, a quien recibió el martes en Roma.
En Misrata, ayer por la mañana los rebeldes disparaban cohetes hacia los alrededores de la ciudad, al estar asediados por las fuerzas leales a Muammar Gadafi.
El Comité internacional de la Cruz Roja (CICR) anunció haber evacuado el lunes desde el puerto de Misrata, en un barco con destino a Egipto, a 618 emigrantes de diversos orígenes.
El CICR hará el envío de otro navío a Misrata, que debería llegar el miércoles, transportando medicinas, equipos de higiene, alimentos y 8.000 litros de agua potable, según los mismos responsables.
La salida del dirigente libio, en el poder desde hace 42 años y que enfrenta una revuelta desde mediados de febrero, se ha convertido en un objetivo común para la comunidad internacional.
Un responsable de los rebeldes que controlan Misrata, ciudad libia asediada desde hace semanas por las fuerzas de Gadafi, dijo ayer que piden están pidiendo formalmente la intervención de tropas occidentales para asegurar su protección.
Nuri Abdalá Abdulati indicó que los rebeldes piden el envío de soldados franceses y británicos aduciendo principios “humanitarios”. “Si no vienen, vamos a morir”, declaró.
Francia rechazó la idea. Londres enviará un equipo militar para asesorar a la insurgencia.