Manila (EFE) . De los cinco millones de afectados por el tifón “Bopha”, en Filipinas, 214.000 se refugian en centros oficiales y 533 personas están desaparecidas. Hasta ahora, se registran 418 muertes.
El tifón entró al país el martes y salió ayer; el estado de calamidad fue declarado en las provincias del Valle de Compostela, Davao Oriental y Surigao del Sur, en la isla de Mindanao.
El presidente de Filipinas, Benigno Aquino, visitó hoy el Valle de Compostela y Davao Oriental acompañado de una comitiva nutrida de ministros.
“Tenemos que conseguir que no se produzcan muertes cada vez que sucede un desastre (...) Este no es el momento de discutir, este es momento de trabajar” , señaló Aquino.
Mientras repartía paquetes de comida a unas 2.000 personas que están, desde el martes, apiñadas en el gimnasio de Valle de Compostela, Aquino prometió ayuda estatal a los damnificados, y dijo que hallaría la forma de evitar que la catástrofe se repitiera.
Ecologistas y especialistas han atribuido parte de la tragedia sucedida en el Valle de Compostela a la tala y las minas ilegales que socavan sin control las montaña de esa provincia.
Muchos supervivientes declararon que el martes bajó una riada de agua de las montañas que barrió sus casas, algunos dicen que les llegaba por los hombros y otros que era tan alta como un cocotero.
La aldea de Andap, en Nuevo Bataan, forma un cauce natural y allí perdieron la vida cerca de 80 civiles y soldados en una riada que se llevó el cuartel y algunas viviendas.
El gobernador del Valle de Compostela, Arturo Uy, mantiene que la cantidad de agua descargada por “Bopha” superó todas las previsiones y fue la causa de la actual tragedia.
Las personas acogidas en los centros de evacuación necesitan comida, ropa y otras necesidades básicas; algunos optaron por irse con familiares o intentan regresar a sus hogares, o a lo que queda de ellos.
El tifón, en su recorrido por Filipinas, ha destruido 17.585 casas, muchas de ellas chamizos, y ha dañado otras 11.002, según datos del Consejo Nacional de Prevención y Respuesta a los Desastres.
Con la cooperación de las Fuerzas Armadas, unos equipos buscan cadáveres entre los escombros, otros atienden a los damnificados, se encargan de restablecer el servicio eléctrico, de reabrir carreteras cortadas o de buscar soluciones temporales a los puentes que colapsaron.
La ONU, Australia, Canadá, Estados Unidos y otros países y organizaciones ofrecieron asistencia a las víctimas, la cual será canalizada a través de la Cruz Roja.
“Bopha” ha sido el peor tifón que ha visitado Filipinas este año y cierra una temporada que empieza por lo general en junio y concluye en noviembre.