La Cámara de Diputados avaló por amplia mayoría el llamado Código Forestal que ya había sido aceptado por el Senado en diciembre, con lo que finalizó su trámite en el Congreso y pasará a sanción presidencial.
El código, que reforma una ley de 1965, reduce el área de bosque que debe ser reforestada en los márgenes de los ríos, y suspende las multas y sanciones impuestas a los propietarios de tierras que talaron ilegalmente hasta 2008.
"Se está dando una amnistía a los deforestadores, y aprobando la posibilidad de desastres ambientales en las grandes ciudades (...) Ahora es importante que la presidenta vete", dijo el diputado Ricardo Tripoli.
La Cámara acogió por 274 votos a favor y 174 en contra una versión de la ley de bosques diferente de la aprobada por el Senado, que contó entonces con el respaldo del gobierno, por lo que varios diputados de la base aliada pidieron -ante esta nueva versión- el veto presidencial.
El texto final, con las modificaciones aprobadas a lo largo de la jornada, será revisado nuevamente por la Cámara antes de enviado a la mandataria.
"¡Veta, Dilma!", exclamó el representante Alfredo Sirkis, y denunció que detrás de la norma hay "una ofensiva de los especuladores de tierra y de los grandes latifundistas".
El sector agroindustrial, con una amplia representación legislativa, apoyó la norma aduciendo la necesidad de ampliar la frontera agrícola para garantizar la seguridad alimentaria de los brasileños.