Ciudad del Vaticano. EFE, AFP. El Vaticano y “el Estado de Palestina” firmaron ayer un acuerdo que “trata de los aspectos esenciales” de la actividad de la Iglesia en territorio palestino.
El texto, como adelantó el Vaticano el 13 de mayo, se apoya en la solución de “dos Estados” para el conflicto con Israel y del que entonces dijo que podría ayudar al reconocimiento de una Palestina independiente.
El acuerdo “ reafirma el apoyo a una solución negociada y pacífica del conflicto”, dijo el Vaticano en un comunicado.
El texto da seguimiento al Acuerdo de Base que firmaron la Santa Sede y la Organización para la Liberación de Palestina el 15 de febrero del 2000 y “es el resultado de las negociaciones desarrolladas por la comisión de trabajo bilateral durante los últimos años”, según el comunicado.
Por parte del Vaticano firmó el acuerdo el arzobispo Paul Gallagher, secretario de Relaciones Exteriores; por los palestinos, el canciller Riad al-Maliki.
Gallagher destacó que “en contraste con el acuerdo anterior, este se firma entre la Santa Sede y el Estado de Palestina”.
“Eso indica el progreso hecho por la Autoridad Palestina en los últimos años y sobre todo el nivel de apoyo internacional, que culminó con la resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas el 29 de noviembre del 2012, que reconoció a Palestina como Estado observador no miembro de la ONU”, agregó.
El arzobispo expresó su deseo de que este acuerdo “pueda ser un estímulo para acabar con el conflicto palestino-israelí y que la solución de dos Estados se convierta pronto en una realidad”.
Por su parte, el titular de Exteriores palestino destacó el carácter “histórico” del acuerdo, que “por primera vez incluye el reconocimiento oficial de la Santa Sede de Palestina como un Estado”.
Además, dijo, supone “el reconocimiento del derecho del pueblo de Palestina a la autodeterminación, libertad y dignidad en un estado independiente, libre de las trabas de la ocupación”.
Maliki recordó además que en el acuerdo se destaca “el estatuto especial de Palestina como cuna de la cristiandad y de la religiones monoteístas” y que el Estado palestino “reitera su compromiso en el combate contra el extremismo”.
Añadió, como subrayó también Gallagher al hablar del ámbito del texto firmado, que el acuerdo afecta a los “derechos, privilegios, inmunidades y libre acceso” de la Iglesia católica en territorio palestino.
Israel lamentó la firma del acuerdo con una de las partes en conflicto, por considerarlo nocivo para los esfuerzos de paz, pese a que actualmente no hay ninguna iniciativa en ese sentido.
“Semejante decisión no hace avanzar el proceso de paz y aleja a la dirección palestina de las negociaciones bilaterales”, arguyó el portavoz de la Cancillería, Emmanuel Nahshon.
El Vaticano cumple un ejercicio delicado diplomático entre Israel y los palestinos, donde residen comunidades católicas en ambas partes y que comprende Tierra Santa, los lugares en los cuales se desarrollaron escenas bíblicas y que es cuna del cristianismo.
Igualmente no quiere irritar a los israelíes y despertar disputas ancestrales.
La Santa Sede mantiene relaciones con Israel desde 1993 y negocia desde 1999 un acuerdo sobre los derechos jurídicos y patrimoniales de las congregaciones católicas en el Estado hebreo, en particular sus exoneraciones fiscales. Pero cada encuentro semestral se salda con un fracaso.
La Santa Sede milita desde hace décadas por una solución pacífica, con la creación de dos Estados y pide un estatuto especial para Jerusalén, la ciudad de las tres religiones monoteístas.
Igualmente defiende los derechos de los palestinos en Cisjordania y en la franja de Gaza, una posición que Francisco reforzó durante su visita el año pasado, cuando se detuvo de manera imprevista ante el muro de separación del lado palestino para orar, lo que irritó a los israelíes.
En un gesto sin precedentes, Francisco reunió en el Vaticano a los presidentes israelíes Shimon Peres y palestino Mahmoud Abás para una jornada de oración.
En mayo de este año canonizó a dos religiosas palestinas, las primeras de la era moderna en ser proclamadas santas. En esa ocasión instó al presidente palestino a ser “un ángel de paz”.