Ucrania está dispuesta a aceptar el convoy humanitario ruso con destino en la zona controlada por los prorrusos de Lugansk bajo ciertas condiciones, anunció este miércoles el portavoz del presidente ucraniano, Sviatoslav Tsegolko.
"La ayuda para Lugansk pasa por un puesto fronterizo cercano de esta ciudad, los aduaneros, guardias de frontera y representantes de la OSCE inspeccionan el cargamento en la frontera ruso-ucraniana. Luego la misión prosigue su ruta por territorio controlado por los rebeldes. Una vez llegada a Lugansk, la ayuda es distribuida a los civiles por la Cruz Roja", precisó Tsegolko.
Al tiempo, Rusia tachó de "absurdas" las acusaciones de que el convoy sea un pretexto para la invasión del país vecino.
"Siguen escuchándose afirmaciones absurdas sobre que el convoy humanitario puede ser utilizado como pretexto para la invasión del territorio del país vecino", destacó la Cancillería rusa en un comunicado.
Moscú reaccionó así a las sospechas que el convoy ha despertado entre las autoridades ucranianas, la Unión Europea, Estados Unidos la OTAN, sobre las intenciones de la intervención humanitaria rusa en las regiones rebeldes de Donetsk y Lugansk.
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, anunció este martes un acuerdo con el Gobierno de Kiev para la entrada de los camiones rusos de la mano de la Cruz Roja en territorio ucraniano por un punto fronterizo en la región de Járkov, bajo control de las fuerzas gubernamentales.
Según el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, al menos 2.086 personas han muerto y cerca de 5.000 han resultado heridas entre mediados del pasado abril y el último fin de semana en el este de Ucrania.