Seúl
Un día después de la destitución por la Corte Constitucional de la presidenta de Corea del Sur, todas las miradas estaban centradas este sábado en el palacio donde reside Park Geun-Hye, en busca de una reacción de la exmandataria, conminada a abandonar la residencia.
Las autoridades electorales expresaron su preocupación por las tensiones en vísperas de las elecciones anticipadas tras la violencia de los disturbios posteriores al dictamen anunciado por la corte, que confirmaba la decisión del parlamento.
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El sábado el balance de víctimas mortales por los disturbios subió a tres, después de que una persona que había resultado herida murió en el hospital.
"Los comicios deben ofrecer la oportunidad la ocasión de superar las divisiones y los conflictos y desembocar en la unidad nacional y la armonía", declaró en un discurso televisado en directo Kim Yong-Deok, presidente de la Comisión electoral. La elección del nuevo presidente debería celebrarse el 9 de mayo.
En la prensa surcoreana, los editoriales llamaban a poner fin a las manifestaciones. El sábado una tercer manifestante, de 74 años según la agencia Yonhap, falleció en el hospital. El hombre se había desmayado la víspera en los choques en Seúl entre la policía antiditurbios y los partidarios de Park. En los incidentes ya habían muerto dos personas.
Tanto opositores como partidarios de Park se habían congregado en Seúl para esperar la decisión de la Corte Constitucional que el viernes ratificó la destitución de la presidenta.
Este sábado los partidarios de Park organizaban nuevas manifestaciones en Seúl.
El Partido Demócrata, principal formación de la oposición, pidió a la presidenta que acepte la decisión tomada por la unanimidad de los jueces de la Corte y la acusó de comportarse como si rechazaba la decisión.
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El propio partido de Park, Libertad Corea, se disculpó el viernes. Su presidente interino estimó que habían "fracasado en proteger la dignidad y el orgullo de Corea del Sur".