Al menos siete personas murieron el domingo en el bombardeo de la ciudad iraquí de Tikrit, tomada por los insurgentes sunitas en el norte del país, donde las fuerzas de seguridad tratan de repeler la ofensiva lanzada hace casi dos semanas.
La televisión estatal iraquí afirmó que el bombardeo, que tomó como blanco a un grupo de insurgentes, mató a 40 de ellos. Varios testigos explicaron a la AFP que siete personas murieron en el ataque contra una gasolinera del centro de la ciudad.
Los testigos no precisaron si las víctimas eran o no combatientes.
Los insurgentes, liderados por los yihadistas del Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL), lanzaron su ofensiva el 9 de junio y controlan ahora Tikrit, capital de la provincia de Saladino, Mosul, segunda ciudad del país, y sectores de cuatro provincias del norte y el centro del país.
El EIIL indicó que su intención era marchar hacia Bagdad y las ciudades santas chiitas de Kerbala y Najaf, al sur de la capital.
Tras la desbandad de las tropas iraquíes en los primeros días de la ofensiva, las fuerzas de seguridad tratan ahora de recuperar el terreno perdido ante los insurgentes.
El presidente estadounidense, Barack Obama, prometió el envío de 300 consejeros militares para ayudarlos pero excluyó de momento ataques aéreos reclamados por el gobierno iraquí.