Buenos Aires. AFP. La economía argentina sigue creciendo y mejoran los índices de empleo y consumo, pero el gobierno no ha logrado dominar una elevada inflación que puede impactar en las elecciones parlamentarias de mañana, según analistas.
La elevada inflación, de 25% anual –según datos privados– y de más de 10%, de acuerdo con el cuestionado indicador oficial es, según los sondeos, uno de las mayores preocupaciones populares.
“El gobierno deberá enfrentar la distorsión que existe en materia de precios relativos, que se agrava con la presencia de una tasa de inflación instalada bien por encima del 20% anual”, expresó a la AFP Dante Sica, Director de la consultora abeceb.com.
Se trata de uno de los guarismos más altos de América Latina y los planes implementados por el gobierno no vienen dando los resultados esperados.
En mayo, la presidenta Cristina Fernández llamó a sus militantes a controlar los precios de unos 500 productos de primera necesidad, tras un congelamiento general que no revirtió la tendencia alcista del costo de vida.
Entre enero y setiembre, la inflación fue de 10,5% según el dato oficial, pero para las consultores privadas la cifra fue de 25,4%, pese a los controles de precios.
Problemas con divisas. El tema cambiario también presenta nubarrones en el horizonte del final de mandato en el 2015 de un ciclo que comenzó en el 2003 con la asunción del fallecido presidente y esposo de la mandataria, Néstor Kirchner (2003-2007).
La mandataria gobernó con las mismas coordenadas de su antecesor, aunque el período deNéstor Kírchner se caracterizó por un vigoroso crecimiento, que languideció a partir de la crisis global entre el 2008 y el 2009.
“Entendemos que el gobierno adoptará medidas para evitar consecuencias negativas desde el punto de vista cambiario después de octubre y, fundamentalmente, acelerará la tasa de devaluación del peso”, dijo Juan Pablo Paladino, subgerente de Economía de Ecolatina.
Paladino advirtió que el país “está perdiendo reservas a ritmo acelerado y está aislado del sistema financiero (tras el default del 2001). El campo aporta dólares, pero se pierden en pagos de la deuda y la importación de combustibles”.
En lo que va del 2013, el Banco Central perdió unos $8.400 millones en reservas, que actualmente suman unos $34.000 millones, mientras que Argentina destinará este año unos $13.000 millones para importar combustibles.
En este sentido –apuntó Paladino– el gobierno “impulsó medidas impensadas en un año electoral como la aceleración del ritmo de apreciación del dólar en el mercado oficial, cuya tasa se ubicó en 35% mensual anualizado en setiembre y tocando picos cercanos al 50% a principios de este mes”.
“Hace tiempo, el régimen económico se volvió inconsistente e inestable, lo cual se expresa también en la pérdida de reservas y en la cada vez más ineficaz política monetaria ”, comentó Rubén Lo Vuolo, economista del Centro Interdisciplinario para el Estudio de las Políticas Públicas (CIEPP).
“Lo más preocupante es que la acumulación por tanto tiempo de estas distorsiones anticipa ajustes cercanos”, advirtió Lo Vuolo.
Pese a señalar las luces rojas que acecharán en estos dos años al gobierno de Fernández, los analistas reconocen aciertos de su gobierno, que se engarzan con los de su antecesor.
“Los canjes de deuda y el crecimiento económico permitieron reducir notablemente el peso de la deuda pública, que hoy representa el 38% del PIB, cuando en el 2003 llegó a representar el 140%”, resaltó Dante Sica.
Argentina reestructuró en la última década su deuda impaga por unos $100.000 millones, con una adhesión del 93% de los acreedores.
Sin embargo, el 7% de los acreedores restantes,están litigando en Nueva York para obtener el pago del 100% de los bonos.
Fernández impuso como agenda de política económica preservar el empleo y fomentar el consumo interno, y “a mi entender deja un mejor punto de partida para el gobierno siguiente”, dijo Paladino.